XVI. El corazón de Lisa.

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─ ¿Puedes atravesar paredes?

Lalisa se quedó en silencio tras la pregunta y aunque sabía que no podía hacer tal cosa miró la pared de su cuarto con detenimiento. No era posible pero la idea no le desagradó.

─ Ahm... puedo destruir paredes. Después de eso entonces sí, sí puedo. ─ Respondió haciendo énfasis en "destruir". La risa de la coreana invadió la habitación y la azabache no pudo evitar sonreír ante ese agradable y escandaloso sonido.

Todo había vuelto a la normalidad, bueno, casi todo.

Cuando la salud de MinJeong mejoró, tanto Lalisa como Chronos se aseguraron de eliminar los recuerdos de SooYoung, YeRim y la menor de las Kim. Tal y como la tailandesa lo prometió solo las hizo olvidar lo que habían vivido los dos últimos días y permitió que Jennie se inmiscuyera en su mundo.

Al regresar a casa se encontraron con todo desordenado, tanto JiSoo como ChaeYoung dormían en un sillón mientras los esperaban. La pelirroja tenía varios hematomas esparcidos por su rostro y un gran enfado hacia Lisa y el dios por haberse ausentado sin avisar.

Lalisa se lamentó el no haber estado presente, sin embargo, agradeció que JiSoo lograra defender a su mejor amiga.

Tras todo lo ocurrido empezó a estar alerta, dividía su tiempo en entrenar para no perder su buen estado físico, en cuidar de sus amigas y, sobretodo, en enseñarle algunas cosas que le servirían a Jennie para protegerse.

─ Debo irme. ─ La voz de la pelicastaña la hizo girar su rostro algo desorientada.

Ambas habían permanecido acostadas sobre la cama de la mayor mientras conversaban. Jennie todavía tenía responsabilidades y aunque a Lalisa no le agradaba cuando la menor tenía que irse, la animaba. Poco a poco aprendía sobre lo que una amiga de verdad es. Y le gustaba.

─ Te acompaño. ─ La más alta quiso levantarse pero Jennie se lo impidió.

─ Date un descanso. ─ Dijo con suavidad. ─ Puedo caminar hasta mi trabajo sin meterme en problemas.

─ Lo siento, debo parecer una paranoica. ─ La mayor cerró sus ojos por unos segundos y al abrirlos se encontró con Jennie inclinada en su dirección. Su rostro estaba lo suficientemente cerca como para sentir la respiración ajena. Deseó alejarse pero la almohada bajo su cabeza se lo impedía.

─ Confía en mí, puedo defenderme sola. ─ Guiño y se alejó para tomar su bolsa y colgarla en su hombro izquierdo. ─ Nos vemos.

Lisa se mareó cuando se levantó de un salto de su cama para acompañar a la chica hasta la salida, por lo que tuvo que apoyarse en la pared intentando recomponerse. Para cuando se sintió capaz de volver a caminar escuchó a ChaeYoung despedirse en voz alta seguida de la puerta principal cerrándose.

─ Ella me agrada. ─ Su amiga se apareció con un bote de helado en una mano y una cuchara en la otra. ─ ¿Te casarás con ella?

─ ¿Qué? ─ Lalisa rió pasando cerca de la rubia para ir hasta la cocina. ─ No me casaré con ella.

─ ¿Por qué no? Es bonita.

La tailandesa se detuvo a mitad del pasillo y miró de reojo a su amiga que le seguía. ─ Tú también eres bonita, ¿no te quieres casar conmigo? ─ Cuestionó retomando su camino.

─ ¡Yah! Lisa, lo que quiero decir es que Jennie parece ser tu tipo de persona.

─ ¿Ah, sí? ─ Cuando ambas llegaron a la cocina Lalisa abrió la nevera esperando encontrar más helado, sin embargo, el último que quedaba lo tenía su amiga y ese sabor en particular no le gustaba. Apoyó su brazo sobre la puerta y se quedó inspeccionando algo que pudiese calmar su apetito.

Olympus ━━ JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora