Dar crédito a las palabras de una persona como YoonGi le resultaba absurdo, y en cualquier otro caso se habría reído de su intento.
Tal vez imaginar a sus seres queridos encarcelados por su culpa iba carcomiendo su mente y poco a poco la culpa iba aflorando. O, tal vez, se había ablandado lo suficiente como para sentirse dolida. En cualquiera de los dos casos, su vulnerabilidad había desaparecido cuando Jennie le abrazó.
Ambas se encontraban en la habitación de la coreana, acostadas sobre el cómodo colchón. Por primera vez Lalisa había reposado su cabeza sobre el pecho Jennie, y pudo sentir que entre sus brazos se sentía bien, protegida.
«Creo que sí me ablandé.»
Pensó al darse cuenta de sus propios sentimientos.
Cerró sus ojos y reforzó el abrazo que ambas mantenían.
— Es un idiota. — La coreana habló rompiendo el silencio que las había invadido la última hora. — Es que es un idiota. A la próxima que lo vea lo voy a... a patear.
La risa de Lalisa se oyó. — No lo harás.
— Cómo no, se lo merece... — Jennie se removió y soltándose del abrazo levantó su torso para mirar a su novia con el ceño fruncido. — Mira que hablarte así, te hizo enojar y-
La tailandesa se adelantó y alzó el brazo colocando su mano sobre la boca de Jennie.
— Shh. — Siseó, no deseaba escucharlo, no quería comprobar que Jennie había sido testigo de ese pequeño momento de debilidad. — Está bien... estoy bien. — Se corrigió de inmediato. — No quiero que te expongas. Él no vale la pena.
Jennie se hizo a un lado. — Él no, pero tú sí. No me gustó lo que dijo. Te hizo sentir mal...
— ¿Podemos olvidarlo? — Cuestionó. — Olvidémoslo.
La coreana apretó sus labios, después de todo, Lisa todavía no podía expresarse correctamente con ella. Tuvo que acceder y al parecer fue mala ocultando su disgusto ya que en menos de dos segundos tuvo a Lalisa sentada tomando sus mejillas con suavidad.
— Gruñona. — Dijo con diversión. — Solo cuido de ti, no quiero exponerte.
— Sé cuidarme...
— No lo dudo, pero no me fio de él.
Jennie posó una mano sobre la de Lalisa y se acercó para robarle un corto beso. — Tú... sabes qué puedes hablar conmigo, ¿verdad?
— Nunca lo olvido... — Con deseos de cambiar de conversación volvió a acostarse, esta vez llevando a la coreana consigo. — Pero dime, ¿me extrañaste?
— No. — Dijo soltándose de la tailandesa y alejándose unos cuantos centímetros, los que el espacio en su cama le permitían.
— ¿Por qué no? — Acercándose a ella picó con su índice el abdomen de la coreana repetidas veces esperando, al menos, una pequeña sonrisa. — Vamos... no mientas.
— No miento. No te extrañé. Ni si quiera me di cuenta que estuviste fuera por siete días y catorce horas.
Lalisa volvió a reír, esta vez más animada. No pasó mucho cuando recibió un golpe en su hombro que la hizo callarse.
— Pues yo sí te extrañé. — Admitió mientras estiraba su brazo y rodeaba con este la cintura de Jennie.
La coreana se cruzó de brazos, girando su rostro a otra dirección. — ¿Ah sí? — Inquirió intentando ocultar la sonrisa que amenazaba con salir. — ¿Cuánto?
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Olympus ━━ Jenlisa
Fanfiction❝Despreciado y a la vez temido, Ares se convirtió en padre. Decidido a cumplir sus deseos de venganza mantuvo con vida a su única hija para convertirla en una grandiosa guerrera. Pero no contaría con la improvista orden de su padre. Zeus, para poder...