El camino a casa fue largo y silencioso, solo se oía a ella sollozando y yo no encontraba que hacer. En cuanto me estacione en el parqueo del hospital bajamos rápido y yo solo la seguía a ella mientras trotábamos.
Cuando cruzamos un pasillo veo a lo lejos una mujer pelinegra de ojos verdes igual que los de Mía, sin hablar de que tienen la misma nariz perfilada.
Me imagino que es su mamá por que tiene los ojos rojos de tanto llorar y cuando Colleman la ve sale corriendo a abrazarla y yo disminuyo los pasos para darles su tiempo. Minutos después se separas y la señora me queda viendo y Mía me presenta.
—Mamá, el es Liam McCallister, un amigo de la preparatoria. Liam, ella es mi madre, Miranda Colleman. —nos presenta y ella me da un abrazo que correspondo. —¿Qué le paso? ¿Por qué esta aquí? —pregunta preocupada por su papá por lo que escuche hace un momento.
—Se desmayo por que parece que se le bajo la azúcar, aunque ya sabes que no podemos esperar menos, el problema del corazón lo tiene muy mal —Habla la señora mientras sus ojos se llenan de lagrimas.
Nos quedamos hablando un par de minutos mientras esperamos a la doctora, esos minutos se vuelven horas y veo como Mía bosteza frecuentemente mientras habla con su mamá, su mamá creo que ya se ha tomado 3 litros de café para mantenerse despierta.
—¿Por que no se van a descansar? Se pueden quedar en mi casa que no queda muy lejos de aquí, se que están muy cansadas —les propongo a las Colleman.
Al parecer su padre tiene un tumor en el corazón y es muy grave por lo que tienen que andar pendiente de el.
—Gracias corazón, pero no puedo, me tengo que quedar hasta que digan algo mas. Vete con Mimi, llévala a descansar, ha de estar muy cansada. —Me dice y luego ve a Mía. —Yo te aviso cualquier cosa amor.
Nos despedimos de ella y le digo que cualquier cosa me llame. Nos vamos a mi casa y en cuanto entramos me dirijo a la cocina para hacerle un té y relajarla.
—Voy a buscar ropa para ti mientras se calienta el agua —le informo.
No dice nada mientras juega con sus dedos y me apresuro a subir, abro y cierro cajones mientras busco ropa pequeña y solo encuentro un short y una camiseta blanca. La dejo en la cama mientras me cambio y me pongo un pantalón de algodón cuadrado y bajo con una simple camisa gris.
—La ropa esta arriba, sube y cámbiate mientras te llevo el té.
Asiente y se dirige a mi habitación. Después de que terminara de preparar el té, subí y casi derramo todo el contenido en la taza.
—¿Puedo pasar? —pregunto luego de tocar la puerta y cuando escucho el "si" de parte de ella abro la puerta.
Mierda, ese short le queda espectacular.
—No use el short que me diste por que debajo del vestido andaba unos entonces...
—Tranquila. —Respondo tratando de evadir ese tema, necesito acostarme ya.
Luego de que se bebiera el té se acostó a mi lado dándome la espalda mientras yo estoy igual pero viendo su espalda.
Me quedo dormido pero luego algo me despierta «Esta llorando». Me acerco lentamente hasta que su espalda esta contra mi pecho y la rodeo en un abrazo.
—¿Quieres escuchar música? —le pregunto pero niega con la cabeza. —¿Quieres palomitas para ver una película? —esta vez ella asiente y me levanto para ir a meter una bolsa de palomitas, le doy un minuto al microondas y cuando el pitido proveniente de el suena, saco la bolsa y vierto las palomitas en un tazón.
Subo con el tazón en manos y un vaso grande de Coca-Cola. Ella esta sentada contra el respaldar de la cama mientras me espera. Le doy el tazón de palomitas mientras la gaseosa la pongo en la mesita de noche. Agarro el computador y la pongo sobre mis piernas mientras estiro el brazo en señal de que se acueste en mi pecho y lo hace.
La película es de una chica de diecisiete años con problemas. La película termina y quedo viendo a Mía, se durmió y no la quiero despertar, así que con cuidado cierro la computadora y la pongo sobre la mesita para luego acomodarnos mejor.
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El sonido de la alarma ya se me hace frustrante, me hace abrir los ojos y veo como Mía esta acostada de lado, aunque esta vez frente a mi, mientras yo la abrazo.
Me levanto con cuidado y voy a al baño para lavarme los dientes e ir a orinar, luego me dirijo a la cocina para preparar el desayuno y cuando estoy metiendo las tostadas en el tostador el timbre suena, voy a abrir y es la Señora Colleman con una mochila pequeña en sus manos.
—Buenos días corazón, no se si te incomoda pero vine a dejarle un cambio de ropa a Mía para que no tenga que ir hasta la casa a cambiarse. Ayer ella en la noche me envió la dirección de aquí por si sabia algo de mi esposo y no llamaba al teléfono. —Me dice apenada.
—Para nada me molesta. —le aseguro y agarro la mochila cuando me la extiende y me da un abrazo.
—Gracias por ser amable con ella, enserio gracias —Me abraza fuerte y cuando se aparta veo como hay lagrimas derramadas en sus mejillas. Se despide y la veo perderse cuando dobla la cuadra en su carro.
Termino de preparar el desayuno y voy arriba para bañarme y subo la mochila conmigo, la dejo sobre la cama y me voy al cuarto de baño. Cuando salgo del baño con una toalla al rededor de la cintura veo a Mía despierta mientras esta con el celular, lo deja cuando me ve y me saluda.
—Buenos días Liam, me imagino que esto lo trajo mamá, será que puedo... —Señala el cuarto y lo entiendo, entonces asiento y ella entra, ahí hay una toalla demás así que no me preocupo.
Me cambio y bajo para dejar a Mía sola en el cuarto. Me encuentro desayunando cuando la veo bajar con una falda color coral suave que le llega hasta los talones y unos tacones piel del mismo color que su top de tirantes, esto hace que su cabello rubio se vea mejor y el contraste de sus ojos se ve hermoso.
Se sienta a desayunar conmigo mientras hablamos de algunas clases y me encanta que a veces se ponga nerviosa. A cada nada se esta poniendo un mechó de cabello tras la oreja y eso me causa tanta ternura.
Lía me avisa que ya viene en camino y cuando Colleman termina de comer tocan el timbre y ya se que es Lía, por lo que tomamos nuestras mochilas y salimos, veo como Lía se sorprende al ver a Mía y luego su expresión cambia a una de decepción y enojo. Mía la saluda y ella hace lo mismo mientras me acerco a mi amiga.
—¿Qué pasa? —Le susurro para que Mía no escuche.
—¿Ella durmió aquí? —pregunta y asiento —¿Y ayer? —Vuelvo a asentir y ella empieza a caminar lejos de mi molesta.
—¡Lía! ¿Pero que mierdas te pasa? —le pregunto cuando me vuelvo a acercar a ella.
—Por eso ayer te levantaste tan temprano, si que eres un idiota —espeta y eso hace que me enoje ahora yo, en verdad no la entiendo.
Dejo de seguirle el paso y espero a Mía quien viene caminando tras mío, ella me sonríe cuando ve que la estoy esperando y caminamos hasta el instituto, ayer dejamos el coche de ella en el hospital para que su mamá lo ocupe ya que ella había llegado en la ambulancia.
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«Amores Imperfectos»
Random¿Ella? Ella es la típica chica hermosa y popular a la que todo mundo quiere hablarle. ¿Yo? Yo soy un "nerd" que su unica amiga es la de la infancia. La mezcla perfecta para la pareja imperfecta. ¿No es raro que la chica popular te trate bien? A dife...