seis.

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sunwoo tomó a riki de la mano y lo llevó al cuarto del menor, antes de cerrar la puerta con seguro y jalarlo a la cama. el japonés se dejó hacer y lo observó sin comprenderlo.

—sunwoo hyung, ¿qué fue eso?

—riki-yah, ¿sabías que eres muy tierno?

el rubio tragó duro y su corazón comenzó a latir como un tambor en sus oídos, mientras los inescrutables ojos de su hyung lo atravesaban.

—ah... hyung, soy normal, tu eres más tierno.

—no, no riki-yah, tu eres muchísimo más lindo, así que debes tener cuidado con los demás, ¿entiendes? 

el menor miró a sunwoo como si una segunda cabeza le hubiera crecido y se echó a reír. 

—hyung, no entiendo porque dices eso.

sunwoo se colocó de pie entre las piernas de riki, quien estaba sentado en la cama, y tomó su rostro entre sus manos suaves antes de inclinarlo hacia arriba.  

—porque no me gusta compartir. 

riki abrió los ojos más de lo normal, mientras sentía como su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho. sunwoo lo observaba con esa curiosa expresión seria que le provocaba ganas de empotrarlo sobre la cama y, a la vez, quedarse quieto bajo su control. el rubio sintió la necesidad repentina de lamerse los labios, y notó como los ojos de su hyung seguían el movimiento de su lengua. 

—sunwoo hyung, no puedes decir cosas así. 

sus ojos se volvieron a encontrar en el aire, y riki contuvo la respiración cuando el pelinegro se sentó a horcadas suyo. sintió como su cara y sus orejas se calentaban y bajó la mirada, sin saber donde poner sus manos. 

—¿por qué no? ¿te pone nervioso? 

sunwoo volvió a tomar su rostro entre sus manos y acercó sus rostros, para la sorpresa del menor. 

—sí.

ambos comenzaron a susurrar a medida que sunwoo acercaba sus rostros, hasta que sus narices se rozaron con suavidad. riki puso sus manos lentamente sobre las caderas del mayor y le observó los labios rosados, antes de regresar su atención a los brillantes ojos oscuros contrarios. 

—yo también me coloco nervioso cuando tu me miras de esa forma. 

riki ladeó la cabeza y parpadeó confundido. 

—¿de qué manera, hyung?

sunwoo sonrió suavemente y acarició las mejillas rojas del chico más joven. 

—como si yo fuera la única persona que estuviera en la habitación. 

riki quiso levantar a su hyung para escapar, así que trató de sacarlo de su regazo, pero sunwoo se aferró a su cuello, mientras comenzaba a llenarle el cuello y la mandíbula de besos, tan suaves como el aleteo de una mariposa.

—ya, cálmate, no te lo dije para que te avergonzaras, solo que... entiende riki-yah, no eres el único que se siente de esa forma, yo también me coloco celoso. 

—hyung, tú...

—creo que en este punto es tonto negarlo. me gustas y sé que yo también te gusto. 

el rubio se mordió los labios y observó tímidamente a sunwoo, obteniendo una pequeña sonrisa como respuesta. 

—hoy casi golpeo a sunghoon cuando te habló como si fueras un bebé, eres mío, mi bebé, no el suyo. 

el rostro de riki, que ya estaba retornando a su tonalidad original, se volvió a calentar y el color rojo adornó su piel, aunque no fue el único con esta reacción, sunwoo hizo un puchero pretencioso, pero sus mejillas también enrojecieron ligeramente. 

—pero sunghoon hyung, él está interesado en ti, no en mí. 

el mayor entrecerró los ojos y tomó con una mano la mandíbula de riki. al parecer el encantaba reafirmar su control a través de esa acción. 

—no está interesado en mí, y más le vale que en ti tampoco. así que no enloquezcas en celos ni te hagas ideas tontas. 

riki asintió con la cabeza, aunque no estaba del todo convencido, pero ignoró el tema cuando un beso sorpresa en su frente lo sorprendió, y su adorable hyung le regalaba una de sus tiernas sonrisas, mientras acariciaba su cabello lentamente. 

—sunwoo hyung...

—no te librarás de mi riki-yah, no dejo ir lo que es mío jamás. 

riki miró fijamente los ojos de su hyung, quien le devolvió la mirada expectante, y suspiró.

—espero que comprendas que tampoco puedes escapar de mí. jamás.

selfish [sunki]Where stories live. Discover now