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Guadalupe.



Cuando llegué dos enanos se colgaron de mi pierna logrando una carcajada de mi parte. Coti y Bauti me abrazaron con fuerza, obviamente les correspondí el abrazo de la misma forma.

—Te extrañamos, mucho. —Murmuró Coti, me arrodillé quedando a su altura y mordí mi labio viéndola, acomodé un cabello travieso suyo detrás de su oreja y sonreí.

—Yo también los extrañé mi amor, pero acá estoy. —Abrí mis manos sonriendo. Ella volvió a abrazarme escondiendo su rostro en mi cuello, desde que me había enterado de su existencia, con Coti tuvimos un vínculo muy fuerte, lamentablemente por situaciones llamadas "Matías" me costaba poder contactarme con ella, viajar a verla o visitarla cuando venían a Argentina ya que a mi casa nunca los invitaba por miedo a que vean a Matías en su peor momento. Bauti cortó nuestro abrazo tomándome de la mano y tirando de ella para llevarnos hacia el patio.

—Miren, ella es mi tía Lupe y sabe jugar al fútbol. —Le habló a dos nenas, a un nene y a dos hombres, que los conocía muy bien, De Paul y Paredes. — ¿Puede jugar con nosotros? Ella es de mi equipo.

—No del mío, si ella siempre es de mi equipo. —Se quejó Coti logrando que Bauti le conteste y empiecen a discutir.

—Se ve que sos buena para que peleen en que equipo jugar. —Bromeó Paredes acercándose. — Hola, soy Leandro. —Me dio un beso en la mejilla al igual que De Paul, pero de manera amistosa.

—Yo soy Rodrigo. —Me sonrió de lado. — Somos amigos de Ale...

—Yo soy Guadalupe, también soy amiga de Ale. —Coloqué un mechón de mi cabello detrás de mi oreja sonriendo levemente, estaba algo nerviosa, no me era común salir e interactuar con tanta gente y mucho menos con jugadores de fútbol. Con un suave "permiso" y una sonrisa me aleje de ellos y fui hacia el baño, me encerré y apoyé mis manos sobre el lavado cerrando mis ojos y tratando de tomar aire. Iba a estar todo bien, Matías no tenía porque saber que estaba acá, que estaba rodeada de amigos de Ale, que estaba con Ale. Cerré mis puños con fuerza clavándome las uñas en mi palma, sentía una opresión en la garganta y mucha dificultad para respirar, me miré en el espejo tratando de calmarme pero no, me fue imposible. Abrí la puerta del baño para buscar mi riñonera donde tenía mi medicación.

— ¡Upa! ¡Cuidado! —Se escuchó del otro lado, había abierto la puerta tan rápido que cuando salí me lleve puesto a alguien, cuando levanté mi vista vi quien era.— ¿Estás bien? ¿Qué te pasa? —Tomó mi rostro y sentí más miedo de tenerlo tan cerca, moví mi cara hacia un costado logrando que la suelte. — Voy a llamar a Ale...

—No, no... —Hablé algo agitada. — Me tengo que ir, me quiero ir —Murmuré y caminé hacia el living donde agarré mi riñonera y salí de la casa sin importarme nada. Al sentir el aire fresco cerré mis ojos tratando de controlar mi respiración.

— ¿Queres que te lleve a tu casa? —Escuché que Nicolás hablaba de atrás y negué con mi cabeza.

—No... No puedo ir a mi casa. —Murmuré. — Si llega a estar se me va a armar mucho lío, no, no ándate —Toqué mi vientre ya que sentía náuseas, quería calmarme pero era imposible. Era obvio que estaba haciendo el ridículo por la cual me agarraban más nervios y me era imposible calmarme.

—Eu... Lupe, tranquila boluda me estás asustando —Tomó mi hombro. — Tranquila... —Me abrazó hacia él y me cubrió con sus brazos, sentí una nueva presión en mi pecho pero no de manera dolorosa. Unas suaves caricias en mi espalda hicieron que mi pecho baje la velocidad regularizando mi respiración, mi cabeza dejó de latir de manera fuerte y el nudo en mi panza seguía pero de apoco se iba soltando. Perdí la cuenta del tiempo que estuvimos así hasta que escuché como la puerta se abría y Nicolás espantaba a no sé quién moviendo su mano. Me separé y acomodé mi cabello y limpié el rastro de algunas lágrimas secas. — ¿Estás mejor? —Murmuró mirándome a lo que yo asentí alejándome con muchísima vergüenza. — ¿Queres que te lleve a tu casa? —Negué con mi cabeza.

—No, está bien yo... —Mordí mi labio y busque las palabras mirando hacia cualquier lado menos a su rostro. — Perdón por todo esto... Qué vergüenza, te deben estas esperando adentro para cenar —Pase mis manos por mi rostro y suspire.

—Nos deben estar esperando para cenar... —Negué con mi cabeza. — ¿No te vas a quedar? —Volví a negar con mi cabeza ya que las palabras no me salían. — Bueno, entonces te llevo —Agarró de su bolsillo trasero las llaves de su auto, volví a negar con mi cabeza— Lupe... ¿Solamente vas a negar todo? —Habló algo divertido. Solamente mordí mi labio y me encogí de hombros, sinceramente no sabía que decir. — Vamos, te llevo y después hablamos con Ale. —Desbloqueó el auto y apoyó su mano en mi cintura baja, sentí un escalofrío a lo cual se ve que él también ya que sacó rápido su mano. Subimos al auto y jugué con mis manos tratando de calmar mis nervios.

—Nico... Va a sonar atrevido pero no puedo... No quiero ir a mi casa. —Giré a verlo una vez que estuvo arriba del auto. Él me miró y asintió con su cabeza.

—Vamos a mi casa, espero que no te moleste tener que aguantarme —Bromeó un poco logrando robarme una sonrisa. — Lupe... Solo voy a decir algo, si pasa algo que no sepa y necesitas hablar podes contar conmigo ¿sí? —Me miró de manera seria a lo que yo asentí con mi cabeza, me regaló una sonrisa y volvió su vista al camino.

Primer día que lo conocía, mejor dicho primeras horas que lo conocía y me hacía sentir segura como hace más de dos años que no lo sentía. Cuando me abrazó baje dos cambios y pude estar bien, parece pelotudo pero un abrazo suyo calmó lo que una pastilla a veces no llega a hacer efecto. Mordí mi labio y gire a verlo, estaba de perfil con su cara concentrado en el camino, al ser de noche las luces de la calle creaban una sombra en su rostro haciéndolo más duro y serio, pero pensar que sin conocerme me abrazo y se ofreció a llevarme a casa...

¡Estoy yendo a la casa de alguien que no conozco! Pasé mi mano por mi rostro y busqué mi celular en mis bolsillos, al sacarlo respiré al no ver ningún mensaje de Matías. Entré al chat de Linda.


Linda.

Me estoy yendo a la casa de Nicolás, no lo conozco y ni siquiera sé porque estoy yendo. 22:50

Ya sé, te vi salir con él 22:51

Tenes 26 años si no aprovechas esto ahora, no lo vas a disfrutar nunca 22:51

De qué estás hablando mamerta? 22:51

Pensas que vas a la casa de él a tomar mates? 22:52

Aprovecha Lupe, olvídate del pelotudo de tu novio y conoce gente nueva, no te encierres en lo mismo 22:52

Cualquier cosa estas acá en casa durmiendo con Coti 22:52

Te amo y sabes que siempre quiero lo mejor para vos y lo mejor es conocer gente nueva, salí del círculo tóxico 22:52


Bloqueé mi celular y pasé mi mano por mi rostro, al fin y al cabo yo le había pedido que me lleve a su casa y si iba era para poder dormir tranquila sin que Matías me cuestione quien me llevó a casa... ¿No? Si, solo era para poder dormir tranquila y no tener problemas...

¿O no?


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Pueden seguirme en instagram @camiquinteroool 💚

Creo.|| Nicolás OtamendiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora