Creo.|| Nicolás Otamendi

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Guadalupe.

Me levanté y me quedé unos segundos mirando el techo, la noche de anoche había sido... No puedo explicarla con solamente una palabra. Después de esas ¿promesas? Que nos hicimos con Nicolás seguimos caminando y de vez en cuando me robaba un beso, sinceramente no me lo esperaba pero me encantaba, me daba algo de vergüenza porque dale ¿Por qué Nicolás Otamendi me iba a dar bola? Capaz Ale le pidió que me hablara para ayudarme con Matías pero yo sabía muy bien que de eso no había salida. En cinco minutos mi alegría salió por la puerta y se tomó un avión al fin del universo.

Me levanté y fui al baño, lave mis dientes e hice mis necesidades para después ir a cambiarme. Me puse una bikini, era verde mi color favorito, la combine con un short para después poner mis crocs y bajar.

Fui a la cocina y no había nadie, me asome al living y tampoco, fruncí mi ceño y seguí buscando. Escuche el ruido de las escaleras y me asomé, Nico venía bajando con una bermuda de playa color roja y una gorra que combinaba, ayúdenme porque yo no puedo seguir viviendo después de esta imagen.

—Hasta que encuentro a alguien... —Reí levemente, el levantó su vista hacia mi y rio.

—Hola Lupe, buenos días... —Se acercó y dio un suave beso en mi frente para después ir a la cocina. Me quede recalculando unos segundos para después seguirlo, se estaba tomando jugo. — Los chicos se fueron a la playa porque los nenes se habían puesto algo intensos, yo me quede esperando que la bella durmiente se levante para ir juntos... —Mire el reloj de la pared y abrí mis ojos "15:10" — Son las tres de la tarde, le diste duro y parejo. —Rio levemente y se acercó a mi. — ¿Queres que vayamos un rato a la playa? —Paso una de sus manos por mi cintura y con la otra acomodo mis pelos rebeldes detrás de mi oreja. — Porque si queres nos quedamos acá en la pileta y no tengo ningún problema —Se encogió de hombros para después tomarme de la nuca y besar de manera suave mis labios. Mis ojos se cerrando y lleve mi mano a su mejilla dando suaves caricias y correspondiendo su beso. Sentía que en cualquier momento me iba a desmayar por sentir tanto placer y eso que solamente era un beso. Mordió suavemente mi labio inferior para después separarse un poco. — Vamos a la playa porque acá, solos en la pileta vamos a terminar mal... —Rio y palmeo suavemente mi muslo, me dio un último beso y se separo para ir a agarrar algunas cosas de la mesada.

Solamente me quede parada en medio de la cocina recalculando todo, recién me levantaba, me cruzaba a Otamendi en cuero, me besaba y encima me tira un comentario en doble sentido... ¿Dios estoy soñando o esto es real?

—Dale Lupe, vamos antes que se vaya el sol, quiero broncearme. —Habló saliendo de la casa. Mire nuevamente hacia arriba y hablo con el de arriba, por favor si es verdad esto no dejes que la cague. — ¡Lupe! —Volvió a hablar desde la puerta y active yendo rápido hacia la puerta.

—Acá estoy, estaba tomando algo... —Reí levemente, el negó con su cabeza, cerró la puerta de la casa para después tomar su mano y caminar conmigo hacia la playa.

[...]

—Y entonces... ¿Qué paso anoche? ¿Te quedaste tomando birritas hasta tarde sola? —Habló Linda mirándome a la vez que bajaba un poco sus lentes. Gire a verla y chasquee mi lengua — Guadalupe no te hagas la misteriosa y me contas todo...

—No paso nada Linda —Reí sentándome en la manta para tomar sol, mire hacia el frente y ahí estaba el, jugando un futbol tenis en contra de Leandro. — Solamente que creo que me atrae un poco Nicolás. —Linda solto una carcajada y negó con su cabeza. — ¿Qué?

—Me atrae un poco dice la sin vergüenza, cada vez que lo ves hay un charco de baba abajo tuyo y ni hablemos cuando se miran los dos parecen unos gomas. —Negó con su cabeza. — Lo primero que hizo Nicolás cuando se levanto fue preguntar "¿Y Guadalupe?" —Modifico su voz fingiendo copiar a Nicolás. Yo solamente la miraba sin poder dejar de sonreír. — Yo no puedo creer que se vieron menos de una semana y están hasta las manos... Pero me gusta, mientras no te lastime ni te haga mal yo los apoyo. —Volvió a colocar bien sus anteojos. — Solamente te recomiendo que pienses bien que queres, los dos son mis amigos y vos... Vos estas con ese pelotudo y creo que es momento de sacarlo de tu vida. —Me apuntó. — Y creo que es el mejor momento.

Solamente volví a correr mi vista hacia el frente viendo a Nicolás reírse mientras jugaba. Era momento de enfrentar mis miedos, era momento de darme una nueva oportunidad y cerrar mi pasado doloroso. 

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