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Guadalupe.



Abrí la valija y mordí mi labio viendo la ropa, sinceramente la mitad de la ropa que había traído la eligió Linda porque fue todo a último momento. Papu y Linda llegaron a mi departamento y casi me sacan a las rastras con valija y todo, no tenía planeado ni me había imaginado que iba a viajar a Ibiza pero ellos se encargaron que lo haga. Salí de mi departamento y solamente me llevaba el celular que usaba con Ale y los demás, en el cual no tenía agendado a Matías pero si todas mis redes sociales. Al principio me hice miles de cuestionamientos y me agarro el miedo de que iba a pasar en cuanto vuelva porque sabía que estaba metiéndome en una grosa, Matías se iba a enojar y más que nada cuando sepa donde fui y con quien viaje. Todos esos pensamientos se fueron en cuanto estaba en el avión, con los chicos, camino a Ibiza tenía que disfrutar nunca en mi vida iba a volver a Ibiza y tampoco nunca iba a venir.

Agarré varias bikinis y mordí mi labio viéndolas. Me daba vergüenza ponerme y mostrarme en bikini, tome aire y lo solté repitiéndome en la cabeza una y otra vez "Guadalupe deja de hacerte la cabeza por todo". Me cambié poniéndome mi bikini y me miré frente al espejo, era de color azul lo cual hacía que en mi piel resalte mucho más y en la parte del sostén me ajustaba un poco ya que hacía mucho tiempo que no la usaba. Me terminé de acomodar la bikini y algo llamó mi atención, volví al espejo y suspire. Tenía un moretón, en su peor estado, en mi costilla y claramente fue cuando "me choque contra un mueble por distraída"... Me quedé replanteando sobre que hacer pero los gritos de Milo me sacaron de mi transe, me puse un saco de lino encima y baje.

—Espera Milo, tenes que ponerte tus flotadores o si no, no hay pileta. —Se la escucho a Linda renegando con el más chiquito de los Gómez. Reí apareciendo detrás de él y la abrace por los hombros. — Mira, ya bajo la tía y vos todavía no estás listo... —Lo reto a lo cual Milo cedió y dejo que le pongan sus flotadores.

— ¿Ya estás? —Milo asintió levantando sus brazos con ambos flotadores con dibujo del Rayo McQueen. Reí y tome su mano para ir a la pileta. Saque mi saco y lo deje sobre la reposera para después ir metiéndome de a poco al agua. Giré a ver a Milo y estire mis brazos hacia el. — Dale Milo, tírate... —No tuve que insistir mucho ya que él tomo carrera y salto a la pileta de una y sin nada de miedo. Lo agarre rápido entre mis brazos aunque con los flotadores había salido rápido de abajo del agua.

—Que buen salto Milo... —Habló alguien de atrás mío y mi piel se erizo por completo. Giré y sonreí al ver a Nicolás con Gio colgado de su espalda. — Con Gio le jugamos una carrera a ver quién gana. —Levantó sus cejas, Milo automáticamente se colgó de mi cuello.

—Pero yo no sé nadar mucho, me voy a terminar ahogando. — Reí tomando las piernas de Milo para esta más cómoda.

—Bueno, si te ahogas el tío Nico te puede ayudar y te hace respiración boca a boca no te preocupes. —Habló rápido Gio. — Lo vi en las películas de los bañeros... —Nicolás negó con su cabeza y fue hacia la orilla.

—No le va a pasar nada, no es tan profunda, nadie se va a ahogar. —Claramente reza que no me ahogue porque doy asco y nadie se quiere ni acercarse a sacarme. Tome aire y fui a la orilla cuando Milo empezó a insistir de la carrera.

Ni bien llegué Nicolás hizo la cuenta regresiva para empezar la carrera, nadamos pero obviamente Nicolás me ganó primero no sé nadar mucho y segundo el tenia mucho, MUCHÍSIMO, menor estado físico que yo. Nos quedamos jugando un rato con los nenes hasta que Linda y Camila los llamaron para que merienden algo.

Salí de la pileta y agarre la toalla para secarme, me puse el saco.

— ¿No tenes calor con el saco? —Habló Nicolás, gire a verlo, no podía creer que me este hablando. Negué con mi cabeza, en realidad me daba vergüenza andar sin el saco. Nicolás vio mi cuerpo y frunció su ceño. — ¿Eso te lo hicieron los chicos en la pileta? —Señaló mi cuerpo. Baje mi vista y si, se veía un poco.

—No, no... Me golpeé el otro día. —Tape con mi saco y levante mi vista hacia él que seguía con su ceño fruncido, sentía vergüenza, una vergüenza impresionante porque él estaba viendo mi golpe y era horrible.

—Pero te hiciste bolsa... —Levantó su vista, me miró y su ceño dejó de estar fruncido. — ¿Con qué te la diste? Porque eso no es un golpe contra algo... —Sentí como mi sangre se helaba al escucharlo.

—No, posta me la di contra un mueble soy media atolondrada, salí rápido y me la di. —Reí algo nerviosa, el no dejaba de verme con una mirada evaluadora. Nicolás iba a hablarme pero se quedó con la palabra en la boca.

—Lupe, vamos a salir a recorrer así conocemos un poco y vemos lo que compramos para comer... ¿Venis? —Habló Linda desde la puerta, le sonreí y asentí.

—Permiso, me voy a cambiar... —Pase rápido por el lado de Nicolás pero me freno tomándome del brazo.

—Creo que después tenemos que hablar de algo... Algo que me preocupo un poco. —Me quedé mirándolo unos minutos sin saber que decir. — Si vamos a ser amigos creo que vamos a tener que contarnos todo, absolutamente todo. —Miro de manera disimulada mi golpe, baje mi vista y lo tape con mi saco.

—Perdón, tengo que irme a cambiar si no Linda se va a enojar. —Hablé rápido yendo hacia mi cuarto. 

_Pueden seguirme en instagram @camiquinteroool 💚

Creo.|| Nicolás OtamendiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora