Capítulo 2

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Atardeciendo. Lloviendo. Y solo a mí me pasan estas cosas.

Pensando que nada me podría salir mal en un día como este, en donde mi práctica en la pista de carrera me salió estupendo y logré hacer todas las curvas a la perfección; además de que en el almuerzo logré que mi padre autorizara mi participación en el Super GT Japonés, la carrera más importante de Japón con respecto al automovilismo, a parte de la Fórmula 1.

Esta carrera le ha traído muchas pesadillas a mi familia, y entendía los motivos de mi padre, sin embargo, con el apoyo de mi madre y unas cuantas lloriqueadas mías y de mi sobrina pude conseguir lo que deseaba.

En septiembre de este año competiré por el título de campeona nacional.

Pero ahora todos los logros de mi día se vieron opacados por la asquerosa lluvia y yo no traía ni paraguas ni mi auto ya que como toda ciudadana que prefiere apoyar la economía del país, decidí tomar el autobús hacia la pista de entrenamiento. Bueno. En realidad, no fue por buena ciudadana, sino que de la emoción me olvidé ir en mi auto y a mitad del camino me di cuenta de que estaba caminando y tomé el autobús.

Y aquí estoy, sentada en cuclillas bajo un pequeño techo de lo que parece un taller de motocicletas. Estoy a unas diez calles de mi casa, podría seguir a pie ya que no me tardaría mucho, soy de caminar rápido, pero no quiero seguir mojándome y prefiero estas quietecita en mi lugar, demasiada agua hay en mi cuerpo como para querer más.

- Oye.

- ¡Mierda! –grité del susto mientras me ponía de pie rápidamente.

Y oh ¡sorpresa! Era el chico motocicleta que casi me atropellas.

- Lo siento, no era mi intención asustarte –se disculpó- ¿Te encuentras bien?

- Define "bien".

- Por favor, no me hagas esto de nuevo –se quejó como un niño pequeño- Sé lo que significa "bien" pero no sé explicarlo ¿se entiende?

- Perdón, es como un tic. Cada vez que me hacen esa pregunta digo define bien –expliqué mientras movía mis manos nerviosamente.

- Ah –dijo simplemente.

- ¿Qué haces aquí con la lluvia?

Le pregunté eso cuando me di cuenta de la situación. Él no estaba mojado mientras yo desprendía litros de agua por mi conjunto deportivo azul.

Joder y ahora me he enojado porque mi outfit estaba jodidamente bien y la maldita lluvia lo ha arruinado.

- Este es mi taller –explicó de manera calmada y señaló detrás suya- Estaba arreglando una motocicleta y no me di cuenta que estaba lloviendo, cuando terminé miré hacia el ventanal y te vi.

- Eso explica muchas cosas.

- ¿Qué haces tu aquí? ¿Necesitas que repare tu moto?

- Oh no –suspiré cansada- Iba hacia mi casa cuando me tomó desprevenida el chaparrón.

Miramos hacia el frente, apreciando las pequeñas gotas de agua caer en gran cantidad y de manera rápida. La lluvia es hermosa ¡Pero solo cuando la ves desde tu ventana con una taza de té! ¡Refugiada en un techo!

- Te veo enojada –comentó de pronto- ¿Mal día?

¿Qué clase de pregunta es esa cuando me ve como un perrito en medio de la tormenta? Aunque la razón de mi enojo sea mi ropa arruinada.

- ¿Quieres la verdad o la mentira? –pregunté mirándolo con diversión.

- Pues la verdad, si no te importa.

Entre Motores || Shinichiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora