Capítulo 11

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Un día que debería ser para festejar, estar alegres y disfrutar en familia.

Sin embargo, es todo lo contrario. El 19 de julio es el día en cual mi hermano Ethan debería cumplir años, específicamente hoy, donde tendría que tener veintiséis años.

Ethan era un chico asombroso, muy juguetón y amable, respetado en el mundo del automovilismo y en las calles. Él es mi ejemplo a seguir, siempre quise poder lograr lo que él hizo, estar a su nivel y si era posible, superarlo.

Su vida terminó el 30 de julio del año 2000 cuando llevaba a cabo Super GT Japonés. El recuerdo de ese día está tan claro. El cielo estaba oscuro pero no se notaba gracias a las luces de los teléfonos que alumbraban el estadio, el público gritando y aplaudiendo a los competidores, el sonido de los motores y las herramientas chocando.

Yo estaba en los Pit Spot junto a mis padres y el señor Hisoka quien era el entrenador de Ethan en ese momento. Me encontraba súper nerviosa y solo rezaba porque mi hermano saliera campeón.

- Cuando tenga el trofeo en mis manos saldremos a beber.

Fue lo último que me dijo con esa sonrisa tan característica. En ese momento él intentaba tranquilizarme, sabiendo que la causante de mi nerviosismo era mi madre, debido a que una hora antes de que empezara la carrera ella discutió con Ethan. Tanto él como yo fuimos sometidos a la presión que ejercía mamá para que saliéramos campeones a como dé lugar, con la diferencia de que yo sigo con esta.

La carrera comenzó y mi hermano debía dar 52 vueltas a la pista de carreras para salir ganador, sin embargo, en la curva número siete de la última vuelta, otro competidor chocó contra el auto de Ethan provocando que este se deslizara y diera más de tres volteretas en el aire, para luego que el vehículo explotara.

Fue traumático, ver cómo extraían el cuerpo parcialmente quemado de tu hermano, que no te dejaran acercarte o siquiera hablar con los paramédicos.

Eso era el automovilismo, correr a altas velocidades con el riesgo de morir en cualquier momento, con el miedo de hacer una maniobra mal. Sin embargo, Ethan amaba eso al igual que yo, con todos esos riesgos me animaba a pilotear y pasar cada prueba que me hacían.

Hoy, el día en que se celebraría su cumpleaños, mi familia se apagó por completo, porque a pesar de que su muerte es tabú en casa, a todos nos duele y cada quien intentaba pasar el día como quiere.

Y yo iré a ese lugar, como todos los meses el mismo día, pero esta vez en compañía. Solo roguemos de que esté en casa, ya es de noche por lo que imagino que si.

Luego de vestirme con un conjunto gris de un top y jogging y unas zapatillas blancas, me dirigí hacia la casa de los Sano para buscar a Shinichiro.

Toqué tres veces la puerta de madera y esperé pacientemente a que alguien atendiera.

- ¿Quién...? –preguntó luego de atender.

- Buenas noches Manjiro-kun ¿se encuentra tu hermano?

- Que sorpresa Lele-san –sonrió y yo lo emite al ver como repitió el apodo que me colocó el pelinegro- Pasa por el pasillo a tu izquierda, ahí está su habitación, es algo así como un deposito.

- Muchas gracias –le acaricié la cabeza con cariño y le extendí dos bolsas- Hay dulces de todo tipo que deberás compartir con Emma-chan, además de unas cajas de té negro y de manzanilla para tu abuelo, él me comentó que le gustaba mucho. Espero que les guste.

- Lele-san –murmuró tomando las bolsas- ¡Eres la mejor!

Nos despedimos y yo caminé hacia el lugar que me indicó el rubio. Al llegar repetí el mismo procedimiento de antes.

Entre Motores || Shinichiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora