Capítulo 52: Nueva vida. Epílogo

10.1K 606 211
                                    

Epílogo

Vamos en dirección al hospital y veo el caos a mi alrededor. Gente lastimada, otros corriendo, los del ejercito humano gritando y dando órdenes para apurar a otros. Algunos llantos. Me doy cuenta del daño y la miseria que causan estas peleas. Es triste ver que ellos parecen destinados al sufrimiento, que siempre van a tener que pasar por estas cosas.

Aferro la mano de mi chica que parece tan acostumbrada a ver el dolor y aun así le sigue afectando. Pero cuando empiezo a sentirme levemente culpable, sin razón, por ser un evolucionado, por ser parte de lo que ha lastimado por milésima vez a la humanidad en toda su historia, de ser parte de lo que lastimó a Marien hace unos años, veo algo más.

Muchos evolucionados se acercan a los humanos a intentar ayudar. Incluso los que estaban siendo controlados. Heridos o no, levantan autos, abren puertas para sacar a la gente, les hablan a los militares humanos.

Me doy cuenta de que Marien está observando eso. Sonríe apenas y me mira, sus ojos brillando con esa alegría que le caracteriza, esa esperanza en que todavía hay cosas buenas en el mundo...

Le sonrío también.

—¡Marien, Anthony, están bien! —exclama Rosy mientras viene corriendo. Nos abraza a ambos.

Los amigos de Marien vienen con Ácrux, que está acompañado por un H.E mayor, de ojos mostaza. Al vernos sonríe apenas. Están con algunas heridas y de seguro han tenido que defenderse.

Los demás se acercan también. Max saluda a Tania despeinándole más la cabeza. El evolucionado extraño da un paso más hacia Marien.

—Jovencita, es un gusto conocerla —saluda.

—El gusto es mío —dice confundida—, pero ¿quién es usted?

—Empezaré diciendo que conocí a sus padres —eso nos sorprende—, ellos me salvaron la vida.

—Y... ¿Cómo?

—Estaba cautivo en un laboratorio, ellos me estudiaron, pero se negaban a hacerme daño. Solían hablarme de usted y de que el gobierno la quería contratar para otra investigación. También sospechaban que el gobierno los tenía en la mira por estar negándose a sus deseos, estaban preocupados por usted... —Tensa los labios un instante, y sé que lo que va a decir es duro—. El día del ataque enseguida nos percatamos de que esos evolucionados estaban siendo controlados, quise quedarme y protegerlos, pero insistieron en que solo los buscaban a ellos y eran demasiados, no querían que muriera yo también, así que me hicieron escapar. —Saca un papel viejo del bolsillo y se lo de a Marien—. Me dieron esto para usted... Cuando logré volver a mi comunidad me encargué de esparcir el rumor de los experimentos y los H.E. que parecían ser controlados. Tenía que dar con usted de algún modo, algún día, hasta que me encontré con este joven. —Señala a Ácrux—. Me contó lo que había vivido aquí y enseguida supe que había conocido a la hija del doctor Ramos.

Puedo ver el texto en el papel que parece haber sido escrito en un apuro.

«Querida hija, lamentamos dejarte solo esto de nosotros, pero de algún modo ya sabíamos que pasaría, estábamos por advertirte. Por favor, no contribuyas a que exterminen a los evolucionados, pueden ser buenos y tenemos las pruebas, conocemos a unos cuantos y puedo decir que son bastante honorables. Cuídate mucho y discúlpanos por abandonarte. Te amamos, siempre te amaremos, rogamos que llegues a leer esto y que el destino te proteja...»

Noto que mi amada tiembla de forma casi imperceptible. Aprieta los labios, así que la rodeo y se refugia en mi pecho inmediatamente. No es justo, ellos no merecían eso.

—Estoy bien —susurra. Respira hondo y mira al hombre—. Gracias...

—Fue un gusto, y mi nombre es Jaguar, para servirle.

Ojos de gato Sirio [La versión de él]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora