Como a las cinco de la mañana, horas usuales en las que muchos despiertan, ayudo a mamá a hacer el desayuno mientras ella sale. Alimento a los pollos y recojo algunos huevos de las gallinas para preparar. Al volver por el otro jardín, miro de reojo los ventanales de mi habitación en donde está mi dulce Marien.
Sonrío apenas al ver que parece estar descansando bien. Al haber estado con humanos, ahora sé que suelen dormir un poco más. Yo entiendo, por supuesto, también aproveché para dormir más cuando estuve allá.
Al regresar a la cocina para ver cómo va la leche de soya, los gemelos llegan.
—Buenos días —saludan.
—¿Y la señora Enif?
—Fue a hacer algo... —explico mientras muevo la leche para que no se pegue en el fondo de la olla.
Ambos se miran y se sonríen.
—La vimos yendo hacia la oficina de Ganímedes.
—Si ya saben, ¿por qué preguntan? —les reprocho con diversión.
—¿Vas a unirte a alguien? ¿A Ursa?
Guardo silencio y eso le hace entender. Abren los ojos con mucha sorpresa.
—¡Vas a unirte a...!
—¡Shh!
Se tapan la boca, y Deneb se la descubre para seguir hablando.
—No puedo creer que una humana quiera unirse a un evolucionado.
Aprieto los labios y sigo con lo mío. No le he dicho a Marien, ¿debería? Creo que se sobre entiende que, si queremos estar juntos, debemos unirnos primero, es lo que es. Es decir... Bueno, no lo sé.
Mamá regresa y ambos van a saludarla. Suspiro.
El desayuno va bien, incluso Marien nos invita un poco de leche, pero mamá me dijo en la mañana que debía apurarme en irme, ya que luego de un día, es más que obvio que Orión podría aparecer para querer hablar también con los ancianos. Por otro lado, su orgullo no le hará venir así de fácil, pero vale prevenir.
Luego de que mamá nos da contenedores con algo de comida para llevar, ya que la ciudad de los humanos no está muy lejos, partimos finalmente.
—¡Sirio! —me llama Ursa y volteo—. Claro, no piensas despedirte.
—No es necesario, trataré de visitar.
Baja la vista.
—Sí, más te vale que no te mueras.
Sonrío levemente.
—No lo haré —aseguro.
Se va finalmente luego de asentir. Nosotros seguimos caminando, acompañados por los gemelos. No sé por qué nos siguen, imagino que no tienen que ir de cacería con Ursa o con sus padres, pero está bien. Siempre me agradó su compañía.
O es que quieren ver cómo me uno a Marien. Uhm... Debería decirle, aunque sus padres no están y no puedo hablar formalmente con ellos. No quiero decirle de frente que nos uniremos, quiero que sea como debe ser, pero no se puede... ¿Cómo lo hacen los humanos? Quizá...
Bueno, queremos estar juntos, así que se sobreentiende que debemos unirnos, así soy suyo de forma oficial y...
—Si seguimos por esta dirección creo tardaremos más en llegar al límite de la ciudad —murmura Marien.
—Lo sé, vamos a registrarnos primero —respondo.
—¿Qué? —susurra y quedo mirándola.
—Marien, te unirás a él —avisa Rigel y lo miro con molestia.
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Ojos de gato Sirio [La versión de él]
Ciencia FicciónSiendo un humano evolucionado, su curiosidad le va a llevar a conocer a los otros humanos, y a aprender sobre ellos, descubriendo sentimientos que no sabe que existen. **** Este libro es "Ojos de gato tentador" contado por el protagonista.