1. Oscuridad

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Fue tan largo el viaje que KyungSoo terminó cerrando sus ojos mientras caía dormido, cuando abrió sus ojos de repente la luz le daba en el rostro y antes de percatarse de donde estaba un golpe lo terminó de despertar.

-Muévete- la voz seca del hombre le hizo girarse y comenzar a salir del auto, tocando ligeramente  su brazo que empezaba a enrojecer con el golpe recibido.

Los ojos de KyungSoo se abrieron de manera cómica, parpadeó al menos unas cinco veces y después abrió su boca, estaba sorprendido completamente con la vista que estaba teniendo en ese momento. El portón negro se abrió con un sonido demasiado escalofriante y KyungSoo terminó por entrar a aquel lugar cuando el hombre le dedicó una mirada. Por donde sea que viera, aquello más que una casa era un castillo, habían demasiados pisos en aquel lugar, la estructura lúgubre y los colores oscuros, las ventanas cerradas, el bosque que rodeaba todo el lugar, todo provocaba un sentimiento de miedo en el humano.

Fue empujado violentamente a lo que parecía ser la cocina, exactamente aquel lugar podía ser todo un piso completo de su antiguo hogar. El pelinegro no subió su mirada porque podía sentir como era devorado-literalmente-por todos los que estaban ahí, podía ver muchos pares de zapatos quietos desde donde estaba.

-¿Es este el humano?-una voz femenina muy cerca llamó la atención de KyungSoo, levantó sus ojos solo para  que otro par de ojos cafés le devolviese la mirada-¿Y qué sabes hacer?

-Yo-el chico aclaró su voz, demasiado suave para su propio gusto-Cualquier cosa-quería agregar un "Soy perfecto", en ese momento podía sentirse orgulloso de su clase. ¿Su clase?, KyungSoo mordió el interior de su mejilla mientras memorizaba el nunca más hablar de su clase o especie.

-No vas siquiera a insinuar que esto va a cocinar-el pelinegro dirigió su mirada al frente de nuevo, la gente que antes le miraba estaba ahora al parecer ocupada cocinando. Ignoró el hecho de que acababa de ser clasificado como un esto.

-¿Qué demonios hace este idiota aquí de pie aún?-los puños de KyungSoo se apretaron demasiado, bajó de nuevo su cabeza y se giró hacia aquella voz- Sube de inmediato-asintió y salió sin más, pero de nuevo se detuvo mientras subía su mirada.

Si el lugar era imponente y tenebroso por fuera, por dentro era al menos mil veces peor, no entraba ni un rayo de sol en aquel lugar, todo estaba limpio y ordenado,y aunque adoraba el orden para el pelinegro en ese momento tanto orden estaba haciéndole doler los ojos. Habían muchas estatuas y pinturas sin sentido decorando el largo pasillo por el cual se decidió seguir, supuso que los vampiros eran seres demasiado .. ¿Conservadores?. La casa gritaba dinero e importancia por cada esquina y KyungSoo quiso patear la colección de vasijas-muy finas- que estaban a un lado de las escaleras. Miró a ambos lados y aunque se sentía observado, no había nadie ahí, o al menos  no podía mirar a nadie si es que todos esos asesinos eran alguien.

No había pasado ni siquiera una hora en su nuevo hogar, y ya sentía que su cabeza iba a explotar. Los odiaba, KyungSoo odiaba tanto a los vampiros que era increíble, estaba odiándose en ese momento también por permanecer subiendo aún esas estúpidas e infinitas escaleras pero la idea de resbalarse accidentalmente y torcerse el cuello se fue cuando al fin dio con el segundo piso. Al menos supuso que era el segundo. Al fin había algo de luz natural, y aunque miró detenidamente por todo el pasillo solo había una puerta.

-Voy a entrar-susurró mientras giraba el pomo de la puerta de madera vieja, el silencio le saludó y sonrió encontrando el lugar muy tranquilo, tal vez y con algo de suerte,sin contar donde se encontraba ahora y cuál era su posición en su nueva "familia", aquella seria su habitación. Terminó entrando y fue directo a la ventana.

Su boca formó una pequeña O, había olvidado casi por completo lo que era el mundo. Estaba ya algo más viejo y sus memorias solo estaban llenas de días de dolor y más dolor en la academia. La vista desde ahí era más que hermosa.

El sol ya no estaba en medio del cielo brillando, y la oscuridad tampoco era exactamente lo que KyungSoo deseaba en ese momento, así que terminó alejándose de la ventana después de horas. Jugó con sus manos y caminó por el cuarto con pasos torpes, tal vez de pronto alguien saltaría a su cuello.

Cuando KyungSoo abrió sus ojos de nuevo se dio cuenta de que estaba demasiado incómodo, su cuerpo adolorido mientras el frío suelo era malvado con su pequeña espalda, al parecer era un nuevo día y después de minutos largos terminó por incorporarse sintiendo sus huesos crujir. Se examinó a si mismo y suspiró dirigiéndose a la puerta.

No parecía divertido en ese momento, el chico giro con desesperación el pomo de la puerta después de tres fallidos intentos, el quinto, el décimo... ¡No! La puerta no abría y el silencio iba a asfixiarlo, golpeó la pared y llamó demasiadas veces.

-Vamos-susurró de nuevo, girando y golpeando-Abre la puerta por favor-podía sentirlo, sea lo que sea, algo o alguien estaba del otro lado en el pasillo y tenía que ser sordo para que no le escuchase o muy cruel para no moverse-Abre-No hubo respuestas, y después de intentar muchas veces KyungSoo se dio por vencido, de todas formas su vida era así siempre.

Caminó de un lado a otro, intentó abrir la ventana y zapateó el suelo  seguro de que todos le escuchaban, pero bueno,nadie iba a ir a ayudarle, no al humano sin gracia que era para el resto.

Su estómago gruñía cuando el sol parecía ocultarse como una rápida y mala película. Y lloró esa noche, y la siguiente y la siguiente.

Contó las veces que el sol se había ocultado o las veces que en su conciencia se dio cuenta de aquel hecho, estaba de nuevo en el suelo con sus huesos acostumbrados desde la primer noche y sus ojos pesaban  pero estaba seguro de que era el resultado de haber llorado tanto.

Su vida era así, lo sabía desde la primera vez que un vampiro había llegado a él y de pronto estaba encerrado con miles de humanos más aprendiendo un montón de estupideces que para KyungSoo eran la forma perfecta de torturarle. Tal vez había deseado ser salvado mientras era un niño aun y tenía esperanzas de que su madre reviviera milagrosamente y entrara por la puerta con una gran sonrisa decorándole los labios pero no había resultado ser así y después de cumplir los 15 años dejó de creer que podía ser medianamente feliz, su madre estaba muy muerta y nadie iba a salvarle ni aunque rogara. Después de eso entonces se concentró en asistir a todas sus clases sin chistar y terminó siendo un humano perfecto, sabiendo de todo, siendo hermoso y poseyendo unos genes muy completos o alguna de esas mierdas había escuchado cuando fue elegido como Perfecto. A excepción de BaekHyun, un castaño simpático que había entrado a la academia al mismo tiempo que él, no tenía ni un amigo y no es como si lo hubiese deseado, tal vez ese amigo se iría al ser vendido y no lo vería jamás, eso había sucedido con BaekHyun de todas maneras.

La historia de KyungSoo terminaba de forma patética, siendo nada en medio de un cuarto gigante, con un dolor intenso en todo su cuerpo, con su alma demasiado pesada para seguir en su propio lugar, quizás estaba a punto de morir y a pesar de  que aquello hace unas semanas hubiese sido perfecto en esos segundos mientras aún podía respirar resultaba ser muy horrible. La vida no era vida para él, a excepción de su corta niñez, después de eso solo respiraba porque eso era un instinto pero tampoco necesitaba morir de esa manera. Sus ojos se terminaron cerrando por completo mientras su frágil cuerpo parecía ser impulsado hacia arriba.

-¿Mamá?-Se sacudió con violencia, y el frío le envolvió antes de que terminara desmayándose.

Mi propio humano - [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora