33. Perdón III Parte

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JongIn apareció cuando KyungSoo había decidido dejar de llorar, cargaba algunos peces que parecían haber sido recién pescados y su ropa estaba empapada. El vampiro hizo una pequeña fogata cerca de la puerta de la cabaña donde estaban.

Mientras el fuego crecía poco a poco y él iba agregando algo más de leña, KyungSoo lo miraba. Desde su lugar a varios metros de distancia. El frío estaba siendo bastante duro con él, contando además que estaba desnudo.

El vampiro lucho un poco con las escamas de los peces pero al final, después de también haberles cortado la cabeza, los peces se comenzaban a asar desprendiendo un delicioso aroma. JongIn había estado entrando y saliendo de la cabaña, trayendo y dejando consigo varios utensilios.

-Acércate

Aunque el vampiro no se había girado, KyungSoo sabía que le hablaba a él. El humano permaneció en su sitio sin saber qué hacer en este momento, JongIn suspiró cansinamente y entro de nuevo a la cabaña, después apareció frente al humano y le lanzo una manta.

-No vas a permanecer aquí toda la noche-dijo, KyungSoo no le dirigió la mirada pero se envolvió en la manta-Necesitas comer y descansar KyungSoo

El pelinegro estuvo mirando hacia el suelo mientras el vampiro seguía de pie frente a él.

-Acércate al fuego, así entraras en calor-JongIn insistió-No voy a tocarte, simplemente quiero que comas algo

-No lo necesito-dijo KyungSoo-No tenías que hacer eso por mi

-No voy a insistir más, por favor solo come

-Ahora vas a suplicarme-el humano se levantó con un poco de dificultad-¿Se invierten los papeles?

Se sostuvieron la mirada por largos segundos, JongIn agacho la cabeza poco después y miro hacia atrás, donde el fuego seguía brillando. No dijo nada antes de desaparecer de nuevo.

-Sigues huyendo-susurró KyungSoo antes de comenzar a caminar hacia el fuego.

JongIn lo miro el resto de la noche desde las ramas altas de un árbol que estaba a metros de la cabaña. Desde ahí KyungSoo no podía verlo y también estaría alerta de cualquier intruso, porque la fogata era un capricho y aunque la cabaña estaba enterrada en lo más profundo de un bosque, no estaban seguros de que cualquier cosa podría verse atraído por el olor o por el humo.

Conforme las horas pasaron, KyungSoo había caído en un profundo sueño. JongIn apago el fuego y le dedico una dulce mirada al humano y a los platos vacíos que tenía a un lado.

Sabía que era su culpa que KyungSoo estuviese actuando como lo hacía pero el humano también seguía comportándose como un niño. Asegurándose de que KyungSoo no despertara y comenzara a maldecirlo, lo tomo entre sus brazos y decidió entrar a la cabaña.

Adentro no había fuego que los calentara y la noche parecía seguir enfriándose conforme pasaban los minutos. Dejo a KyungSoo en la cama donde había despertado el temprano y lo envolvió en varias mantas, asegurándose de que su pequeño pelinegro no terminara sufriendo de una hipotermia. Se sentó a la orilla de la cama y lo miro con tranquilidad.

Escucho algo de ruidos y no pudo evitar gruñir como respuesta, JongIn salió de inmediato de la habitación mientras sus ojos empezaban a enrojecer con rapidez y aunque casi tira la puerta, cuando algunos mapaches salieron corriendo se dio cuenta de que no estaban en peligro.

Se sintió bastante torpe y recogió los platos con sobras de comida para evitar futuros incidentes, después de haber ordenado un poco las cosas regreso al cuarto. Fue sorprendido con la mirada de KyungSoo quien parecía estar temblando aun debajo de las mantas.

Mi propio humano - [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora