Capítulo V : Ilusión

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—Doctor, déjeme entrar, ¡Por favor! —suplicó el mayor, con un notorio rastro de lágrimas secas en sus mejillas. Inmediatamente se aproximó hacia el frente de la habitación en cuanto la puerta fue abierta, solo para ser retenido por dos enfermeros que iban saliendo. El médico en cuestión seguía adentro, dándole la espalda, sin siquiera voltear a verlo.

Por una pequeña apertura pudo divisar la espalda de dos figuras sombrías; eran los padres de Beomgyu. Podía ver otros cuerpos con batas blancas, todos alrededor de una cama situada al centro de la habitación. Lograba escuchar algunas voces—algunas murmuraban, otras susurraban, unas se escuchaban llenas de agonía y otras pronunciaban un "lo siento".

Pudo distinguir parte de las palabras que escuchaba entre los murmullos de la conversación ajena, sintiendo como cada una lo fue quebrando lentamente—"coma", "demasiado tarde", "pocas probabilidades", "despertar".

En el fondo de su mente Yeonjun ya había asumido cuál era el contexto; pero su corazón luchaba contra la idea de que esa fuese la resolución. No es posible. Él estará bien.

Yeonjun se encontraba histérico, agarrando con desesperación la manija de la puerta en su intento por abrir esta. El hospital apestaba a antisépticos, las luces eran demasiado brillantes y las voces muy apagadas—¿O era solo su consciencia la que se empezaba a desvanecer?

Los enfermeros que lo retenían lo alejaron aun más y de no ser porque había llorado durante varias horas, Yeonjun sencillamente habría superado la fuerza de ambos.

Pero un Yeonjun delirante y privado de sueño era bastante fácil de arrastrar. Tan solo pudo soltar un sollozo de derrota mientras era llevado a rastras y lo dejaban caer sin cuidado sobre un asiento cualquiera en la sala de espera. En cuanto la enfermera se fue, el enfermero más joven de los dos volteó en su dirección, poniéndose de cuclillas para verlo a los ojos.

—¿Eres pariente suyo?

Negó levemente con la cabeza, llevando una mano a su rostro para secar sus lágrimas.
—No, pero soy su mejor amigo.

Solo cuando alzó la mirada fue que se dio cuenta de lo joven que era el enfermero—un adolescente, probablemente alguien que apenas salía de la adolescencia, no se veía mayor que un estudiante de preparatoria; tenía ojos grandes y claros que le miraban interrogante. Incluso en medio de su histeria no pudo evitar preguntarse a sí mismo. ¿Cómo es que un adolescente tan joven se pudo convertir en enfermero?

—Deberías ir a casa y descansar, no te ves muy bien. Sus padres están aquí para cuidar de él —el enfermero le enseñó una sonrisa comprensiva, a lo que Yeonjun pudo notar de inmediato que el muchacho tenía hoyuelos—. ¿Has comido? Te puedo traer algo. Sé que es difícil, pero estoy seguro de que él querría que te cuidaras en vez de estar llorando.

Yeonjun no tenía idea de cómo es que este enfermero sabía decir las palabras correctas, pero gracias a ello el nudo en su corazón se fue deshaciendo lentamente. Sentía que ahora podía respirar un poco mejor, sus pulmones fueron despejándose mientras se recostaba en el respaldar del asiento y asentía con resignación.

El joven enfermero se esfumó entonces hacia una máquina expendedora cercana, regresando con un sándwich de atún y una botella de agua demasiado pronto para el gusto de Yeonjun. Solo pudo aceptar pronunciando un avergonzado "gracias" por lo bajo.

—No hay problema —dijo el enfermero. Para su sorpresa, tomó asiento a su costado en vez de dar la vuelta e irse. Yeonjun levantó la mirada para verlo a los ojos.

—Soy Soobin, sé que tal vez te estés preguntando porqué un enfermero se ve tan joven. Creo que tenemos casi la misma edad, solo ayudo a mi padre después de clases, él es un cirujano en este hospital. Usualmente lo ayudo con pequeños encargos en el área de pediatría, pero esto fue repentino y nadie más estaba libre.

Under the sky in room 553 I discovered you and I - [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora