C10 "ᡶꫀ ᦔꫀకꫀꪮ".

560 48 9
                                    

Habitación de Mariana

Josefina: Ay pe-perdón (entrando).

Sebastián: Pasa Jóse (ambos rieron).

Josefina: Te traje la comida Mari y te comes todo eh.

Sebastián: Yo me encargo, no te preocupes.

Mariana: Parecen mis papás (rodando los ojos).

Josefina: No saben lo feliz que me hacen que estén así, juntos, te lo dije Sebastián, esta vieja no se equivoca.

Mariana: ¿Tú sabías?

Josefina: Si, Sebas me contó, estaba loco por ti.

Sebastián: Josefina era mi confidente, no tenía a quien contarle y sabía que podía confiar en ella.

Josefina: Ya no importa Marian, lo importante es que te brillan los ojitos como hace tanto no lo hacían, y sabes que para mí eres como una hija, estoy aquí desde que eras una niña y me siento feliz por ti, porque lo mereces y se que Sebas es un buen muchacho.

Sebastián: Gracias Jóse.

Mariana: Tu sabes que te adoro.

Más tarde

Sebastián: Ya es (besándola) es hora de irme a mi habitación, sino cometeré una locura.

Mariana: ¿Una locura? (entre besos).

Sebastián: No puedo más, no puedo (acariciandola).

Mariana: No quiero que te vayas, Auch.

Sebastián: Perdón, perdón mi amor, no quiero hacerte daño.

Mariana: Sebas (mirándolo a los ojos) te amo.

Sebastián: No sabes lo feliz que me hace escucharte decir eso.

Sebastián la besó, el beso comenzó a hacerse más intenso, sus cuerpos se pedían a gritos, pero él no quería lastimarla y a la vez la deseaba, mientras la besaba, acariciaba su cuerpo, bajando los tirantes del camisón, beso su cuello y fue bajando a sus senos, tocandolos, admirandolos, besándolos....

Mariana: Se-Sebas, no pode...aaaaahh podemos.

Sebastián: Ssshhh.

Sebastián bajo su mano a la intimidad, tocandola por encima de la panty, Mariana soltó un gemido, él no paraba de besarla, metió su mano dentro de la panty tocandola mientras ella trataba de mover sus caderas, Sebas la besó para callar sus gemidos que se hacían más fuertes cuando él metió sus dedos, moviendolos de adentro hacia afuera, Mariana apretaba fuerte la espalda de Sebastián, con su cabeza hacia atrás, gimiendo, mientras él seguía moviendo su mano y besaba sus senos, pasando su lengua en los pezones, Mariana estaba loca de placer hasta que no pudo más y llego al orgasmo, enseguida Sebastián la besó...

Sebastián: Te amo, te amo tanto bonita mía.

Mariana: Me gustó mucho, mucho (recuperando el aliento) pero y tú?

Sebastián: Yo soy feliz si tú disfrutas.

Mariana: Eres un romántico

Sebastián: Y tú perfecta, amo tu cuerpo (besándola) tu perfume en mi piel.

Mariana con una mano tomo el cabello de Sebas para hacer el beso más intenso y bajo su mano, acariciando la erección por encima del pantalón, haciéndolo  soltar un gemido, sin dejar de besarse, Sebastián como pudo abrió su pantalón y su camisa, ella tomo la erección en sus manos, moviendo de arriba a abajo...

El Guardaespaldas y la Primera DamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora