NAYA

999 91 44
                                    

No era la primera vez que Mo GuanShan se acostaba con He Tian. Sin embargo, no se podía alardear de que lo hubiesen hecho muchas veces antes. Las clases en la universidad, el apretado horario de He Tian, el trabajo a medio tiempo de Mo GuanShan y su forma de hacer las cosas en general, hacían que coincidieran pocas veces en la semana.

Mo GuanShan, jamás diría que el moreno fuese algo suyo. Le gustaba pensar que, simplemente, compartían gustos en la cama. He Tian tampoco lo admitiría—pero sus razones eran totalmente diferentes—. Ambos habían aceptado aquel pacto. Ambos habían acordado que nadie tendría porqué saberlo… nadie, hasta aquel día.

—¿Por qué no?—preguntó He Tian, sosteniendo su muñeca sin darse cuenta de la fuerza aplicada.

Mo GuanShan chasqueo la lengua, apartando la vista e intentando deshacerse de su agarre.

—Porque habíamos quedado en algo—alegó testarudo.

—Tú fuiste quién puso las reglas—la voz de He Tian sonaba estrangulada. El pelirrojo volvió a mirarlo.

—Tú lo aceptaste—se defendió.

—Pues ya no quiero seguir así—dijo He Tian, antes de tomar su nuca y acercarlo en un desesperado beso.

Mo GuanShan sabía que He Tian estaba alterado. Muchas veces antes, lo había besado de esa manera: sin cuidado y de una manera desesperada; como si temiera que soltando un poco su correa, él pudiera escaparse para jamás volver. Su ego se agitó con aquel pensamiento, haciendo que luchará para romper el beso hasta lograrlo.

—¡Pues aquí se termina todo!—gritó una vez su boca estuvo libre.

La mirada del moreno se oscureció. Sin duda, aquello le recordó a sus años de secundaria, cuando a He Tian le gustaba amedrentarlo hasta que se doblegara.

—¿Qué mierda estas terminando, Shan?—replicó en tono ácido.

Mo, hizo lo que mejor se le daba cuando He Tian actuaba de aquella manera: salir huyendo, antes de salir quemado. Pero como siempre, el moreno lo había alcanzado antes de que pudiera lograr su acometido. Lo tomó por el hombro, dándole la vuelta y estampándolo contra la puerta de su departamento.

—¿Adónde crees que vas?—volvió a hablarle, su tono había empeorado un poco. Mo GuanShan deseó no haber quedado aquel día.

—Me largo a casa—respondió en el mismo tono, no permitiría que ese pene de pollo, lo tratara como a un niño de quince años.

—No pienso dejar esta conversación a medias.

—Me importa una mierda tus necesidades.

Pequeño Mo—lo llamó de manera peligrosa, el mencionado trago saliva—, hablemos.

—¡Mierda! ¡No hay nada de qué hablar! ¡Si ya no estas de acuerdo con esto es mejor dejar de vernos!—estalló el pelirrojo, cerrando fuertemente los ojos. Jamás había sabido reaccionar de otra manera ante él.

Cuando los abrió, la mirada intensa de su “amigo” seguía sobre él. Odiaba cuando He Tian lo miraba de aquella forma. Como si pudiera leerlo a la perfección; como si supiera todo lo que esta sintiendo o pensando; como si él fuera lo más hermoso que sus ojos habían mirado.

—¡Maldita sea!—gritó frustrado, antes de abalanzarse contra su pecho.

Ahora, fue su turno para besarlo desesperado. No quería terminar con él. No quería dejar ir lo único que lo hacía sentir en paz. He Tian era su ancla, pero no por eso le robaba libertad, al contrario. El moreno siempre lo había dejado hacer y decir lo que quería, lo dejaba experimentar y fracasar—aún cuando él supiera los resultados, jamás lo había frenado—, y Mo se dejaba ir, porque sabía que He Tian estaría ahí para repararlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 29, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

NAUGHTY OR NICE? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora