! ׅ࣪ alma de fuego ׅ ࣪ nomin ✶ drakis [1] ~ ࣪ ׅ

➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟗 ᘒ ꒦ 🜸

-¿De qué iba todo eso? - Me pregunta Ryujin al sentarse a mi lado en la sala de estudio. Yo intento poner una mirada inocente, de incomprensión, pero ella deja caer sonoramente en la mesa un cuaderno y un ejemplar de Matar a un ruiseñor, y se planta delante de mí. -Suéltalo todo. Creía que pasabas de él. - Explica. -¿De qué estás hablando? - Pruebo con una evasiva mientras busco una explicación. Ryujin se la merece. No he hecho muchos amigos en esta ciudad, solo ella y Lucas. Y reparo, con una punzante pena, en que los echaré de menos cuando me vaya.

-Humm, ¿de la concentración? - Mueve la cabeza, balanceando su flequillo desigual. -Tú. Jeno. Todo el instituto mirando. ¿Te suena? - Ironiza. -Ah. - Lanzo una mirada a la puerta, esperando que Jeno no aparezca en el preciso momento en que estamos hablando de él. -No ha sido nada. Él ha visto que no me encontraba bien y me ha ayudado... - Mi voz se apaga y encojo un hombro de manera patética. -Ah, claro. - Ryujin asiente con burlona seriedad. -Ya entiendo. Y que se hayan besado en una escalera es sólo su forma de asegurarse de que te encuentras bien, ¿no? - Cierro los ojos lentamente. Genial. Ahora ya entiendo las miradas que me dirigía todo el mundo.

-Las noticias vuelan. - Murmuro. -Bueno, por lo menos las noticias de esa clase. - Dice. -Sólo ha sido un beso. - Puntualizo. -Pues es mucho más de la que ninguna otra chica o chico ha conseguido de Jeno. - No debería, pero mi corazón se emociona al oír eso. Agacho la cabeza para ocultar una sonrisa y Ryujin me da un codazo juguetón. -Eh, ¡le gustas! Lo sabía. Desde el primer día. Oye, Jeno no puede ser tan malo si le gustas. Y Yeeun ya puede ir... - Le interrumpo. -¡Chist! - Exclamo entonces, levantando la vista, pues percibo su proximidad.

Y Jeno, efectivamente, traspasa el umbral, pero no está solo. Sus primos van con él, como sombras perpetuas. Se me cae el alma a los pies, aunque así es mejor. Necesito verlo con sus primos, recordar que es mi enemigo. Interponer un muro entre nosotros hasta que Johnny venga a por mí y yo abandone Chaparral. Me miro las manos, sobre la mesa, esperando evitar el instante en que pasen ante mi pupitre. Sin embargo, al mirar hacia abajo, veo que los zapatos de Yeonjun se detienen junto a mi mesa. -Hola, Jaemin. - Un oscuro estremecimiento me araña la columna vertebral. Cruzo los brazos sobre el pecho y levanto la cara. No me importa que mi mirada sea menos que amable.

Retorciendo los labios, Yeonjun lanza una ojeada a Jeno. -¿Tú no vas a saludarlo, Jeno? - Yeonjun me observa como si de repente mereciera su atención. Como si fuera un trozo de carne que debiera inspeccionar. -Ya nos hemos saludado antes. - Responde Jeno, rígido. -Sí. - Dice Wonho, echándose a reír. -Ya he oído hablar de ese saludo. Ojalá lo hubiera saludado yo... - Ryujin suelta un bufido y se impulsa hacia delante. Yo la agarro del brazo, impidiendo que haga nada. -Cierra el pico. - Gruñe Jeno.

Recuerdo lo que Jeno me dijo sobre sus familiares la otra noche. «Tóxicos», así los llamó. Recuerdo esa habitación, las diminutas banderas rojas y negras esparcidas por el país... Y la cara de Yeonjun cuando me sorprendió allí. Wonho se ríe de nuevo y entonces replico, reconociendo apenas la rareza de mi voz, tan espesa como melaza: -Bueno, tampoco ha sido nada memorable. - Me duele decir esa mentira, algo tan cruel y falso, pero tengo que hacerlo. Yeonjun parece perplejo, incrédulo, mientras nos observa a Jeno y a mí. Jeno me taladra con la mirada, sondeándome. Durante un momento, creo ver un destello de dolor, aunque enseguida desaparece.

-A lo mejor deberías probar con otro Lee. - Añade Wonho, agitando sus espesas cejas rojas. -¿Es que no son intercambiables? - Pregunto. -Probado uno, probados todos. - Wonho frunce el entrecejo. La palabra «intercambiables» se le escapa. -Imbécil. - Masculla Ryujin. Le aprieto un poco la muñeca a modo de advertencia. -Nadie está hablando contigo, friqui. - Le espeta Wonho. Y eso no me gusta nada. No me gusta la expresión dolida que cruza por la cara de Ryujin antes de que pueda volver a parecer estoico y duro.