HECHICERO SUPREMO

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CLARISSA: 

- O sea, ¿ Que estamos tomando camino a Nueva York y no se te ocurrió preguntarle a la brujita cuál era el nombre del "hechicero supremo"? - pregunta haciendo énfasis en el apodo de aquel hombre a lo que solo me limité a mirarlo y soltar un suspiro mientras contenía la paciencia pero me tomé unos segundos para no responder prepotentemente 

- Está bien, tienes razón - admití en lo que el solo mantenía su mirada seria en mi y con una pequeña mueca de "tengo razón" - Pero como sea, tenemos que encontrarlo, hay mucho en riesgo sino

- Bien, mientras lleguemos a Nueva York y preguntemos a los neoyorquinos donde está el hechicero supremo - toma una pausa corta para girar el torso en dirección a mi y me sonríe como un niño - ¿Por qué no mejor me cuentas que rayos pasó con tu madre? 

- No es algo de lo que quiera hablar - lo ignoré poniéndome los auriculares pero este para mi sorpresa no me insistió y bufó para luego mirar por la ventanilla del avión. La verdad, que el tema de Katherine no quería tocarlo hasta que por lo menos todo esto acabe, la idea de sentirme decepcionada hacía que no tuviera control sobre nada de mis emociones y no podía arriesgar a volver a ponerlas en peligro cuando apenas las recupero. La pregunta persiste, como rayos voy a encontrar al hechicero supremo, si quiera se su nombre o donde vive; y sé que es bastante arriesgado guiarse de un rumor proveniente de internet donde dice que puede estar en Manhattan 

Al llegar, nos instalamos rápidamente aunque solamente tiramos nuestras cosas y de forma inmediata nos lanzamos por la ciudad para comenzar a buscarlo; hasta me daba el gusto de conocer la ciudad que en poco tiempo viviré y a su gente. No sería una vengadora oficial como Peter en cuanto todo pase, por lo que solo estaré entrenando más y más pero participaría en una que otras misiones para irme acoplando la idea aunque la verdad pensaba que con todo el peligro que lleva esta me deberían de reconocer como un miembro del equipo. Pero no los culpo, quizás en el fondo también me temen por lo que soy. 
Pasamos horas buscando y preguntando, pero nada que pudiéramos encontrar. Si quiera un rastro de como es su nombre real, o de donde vive ni nada. 

- Es inútil, como voy a encontrar a alguien que solo sabemos su apodo - me frustré sentándome en una de las banquetas de central Park para luego mirar a Kol quien me observaba algo cansado ya que realmente habíamos caminado mucho - ¿Cómo vamos a encontrarlo? - lo miré tirándome de lleno en su hombro 

- Bueno, creo que lo mejor sería llamar al héroe a su deber - habla lo que me hizo mirarlo confundida sin entender nada de lo que había dicho o daba a entender - Digo, el hechicero supremo tiene que proteger la tierra - a lo que asentí lentamente - Pongámosla en peligro, y hagamos que el aparezca 

- Kol, el debe creer que los vengadores vendrán a salvar el desastre que ocurre aquí - hablé pero este me interrumpe mientras niega a lo que me hizo darle mi total atención 

- El rumor de que los vengadores no están en Nueva York, corre por todas las calles - habla señalando al pesado tráfico que transcurría con bocinazos, insultos, y gente cruzándose entre medio de los autos; en cuanto oímos ruidos atormentadores que causaban terremotos hasta donde nos encontrábamos y con sigo la gente gritando y corriendo de forma desesperada

- Creo que ya no hace falta ponerla en peligro - miré al castaño quien sostenía la mirada a lo lejos de donde todo esto provenía pero sabía que no tenía idea de lo que ocurría y al igual que yo estaba confundido y aturdido - Evacua a la gente, iré hasta allá 

- No te dejaré ir sola - me toma del brazo en total desacuerdo con mi orden lo que hizo que me soltara de su agarre - Puede ser peligroso, lo sabes, además no sabemos que rayos es - señala hacia el gran escándalo 

DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora