Las gatoaventuras de Kaminari

El gran gato rojo

Una semana había pasado desde el incidente del árbol y Kacchan había decidido que los dos miembros de bajo rango de la manada eran unos completos inútiles.

Pero no los podía correr.

Por más que le enoje Izuku tenía derecho de antigüedad porque llegó primero que el, pero no tenía madera para ser el gato alfa.

Shōchan, ese bastardo hijo de puta tenía enamorado al esclavo cara de idiota.

Y al inútil de Deku también.

Además si los corría se quedaba sin manada.

Así que no quedaba de otra más que encargarse él.

Pero hoy no, hoy era día libre, lo había proclamado justo ahora porque tenía mucha pereza para salir a cazar o vigilar que ningún gato estúpido se acerque a su territorio.

Mejor había decidió sentarse afuera en la sombra del árbol con la brisa pegándole por todo el cuerpo y relajarse para olvidarse de sus importantes misiones y entrenamientos diarios.

"¡Kacchan!"

Si tan solo Deku se perdiera por unas horas.

"Deku" bufa hacia él pero este ni se inmuta.

"Kacchan juega con nosotros"

"¡No idiota!" Le larga unos inofensivos golpes con su pata porque si vuelve a rasguñarlo Kaminari le dejará sin sardinas "largo no quiero saber de ti"

Izuku se sacude para despejarse de los golpes de Kacchan.

"Ka-Kacchan"

"¡Largo!"

Izuku corre lejos donde jugaba con Shōchan.

El gato bicolor se había acostado en la sombra bajo la mecedora que había ahí y empezaba a lavar su pelaje con elegancia.

Izuku le veía embobado por lo lindo que se veía, adornado por la sombra de las hojas del gran árbol frente a ellos, el viento movía su pelaje blanco como la nieve y rojo como el fuego.

"Shōchan, eres muy lindo"

Shōchan deja de limpiarse y mira al gato mayor, le ve atento y animado.

Shoto no entiende porque Izuku le ve siempre con esa alegría, se pregunta qué le hará tan feliz para que siempre esté así, bueno, a excepción a cuando Kacchan le gruñía y le pegaba, se ponía tembloroso y nervioso pero parecía sólo ser un rato y trataba de superarlo rápido.

Llevaba una semana ahí pero se estaba acostumbrando a su nuevo hogar.

No era tan malo, le gustaba.

Izuku le caía bien a pesar de no comprenderlo la mayoría del tiempo.

Hasta había empezado a jugar con él de vez en cuanto.

Kacchan le recordaba un poco a su padre y eso le erizaba el pelaje, pero siempre había algo que lo diferenciaba y eso hacía querer aventárselo a Endeavor para que le diera unos buenos rasguños.

Sería muy divertido.

Su nuevo dueño era divertido, no había visto muchas cosas divertidas pero definitivamente el rubio era brillante, a demás le daba postres para gato, le dejaba echarse donde quisiera y lo más importante no le obligaba a entrenar mil horas mientras le pegaban con una vara o un cinto.

Le gustaba su nuevo hogar.

"¡Shōchan vamos! te voy a presentar a alguien"
Izuku le saca de sus pensamiento y lo ve dar vueltas al rededor de él emocionado.