Y Dime... ¿Te espero o te olvido?

Capítulo XI: Ultimo momento de felicidad

 Al despertarme ví el mensaje de Connor, los sentimientos que este produjo fueron contradictorios, una parte de mí estaba emocionada porque esto significaba que él no lo había olvidado, pero la otra me decía que no cumplió su promesa, ¿podemos confiar en una persona que no cumple con su palabra?

Este era mi primer cumpleaños sin mi madre por lo tanto provocaba estragos en mi interior, yo solo deseaba abrazarla y tenerla cerca de mí. Sin embargo intenté dejar todas las ideas negativas de un lado y me concentré en lo positivo, mi abuela había preparado un desayuno delicioso y como todas las mañanas me lo traía a la cama, lo que me hacía pensar que yo tenía mucha suerte de tenerla en mi vida, no todos tenemos la oportunidad de compartir nuestras vidas con personas tan maravillosas.

Cuando llegué al colegio todos mis amigos me están esperando, hoy era miércoles y teníamos deporte, Connor no estaba en el mismo grupo que yo, pero aun así logró escabullirse para desearme un feliz cumpleaños, lo que hizo que mi corazón de derritiera, luego de la clase de deporte Ethan me invitó a un restaurante que se encontraba a proximidad de nuestro colegio, era nuestro lugar preferido, todos nuestros amigos vinieron con nosotros y Connor me regaló una Nutella de 700 gr, sé que no parece un regalo muy elaborado, pero cuando vives en un país de bajos recursos no tienes la posibilidad de comprarte este tipo de cosas y cuando te  las regalan es algo que deja una marca en tí, recuerdo que era la primera vez que yo poseía tal delicia, mi corazón latía muy rápido y yo estaba extasiada, Connor se comportó de maravilla y esto me hacía quererlo de más en más.

Después del almuerzo volvimos al colegio y cuando entramos Connor comenzó a interrogarme sobre el día de mi nacimiento y el dato que pareció cautivarlo fue la hora. Por lo tanto a las 16h53, mi querido enamorado junto con mis amigos detuvieron el curso de Naturaleza unicamente para desearme una larga y prospera vida, Connor me tomó entre sus brazos y me sentí desfallecer, su característico olor a playa hizo latir mi corazón aun mas rápido de lo que ya latía. Por un momento me sentí amada y emocionada, solo por un instante olvidé lo desgraciada que era mi vida y me concentré en el momento presente y en la persona que me sostenía con algo que parecía amor entre sus brazos.

Junto a mi abuela decidimos festejar mi cumpleaños el fin de semana, el presupuesto no era exorbitante, solo teníamos lo justo y necesario para invitar a 10 personas, el sábado en la mañana fuimos a un pequeño supermercado para comprar los ingredientes para el pastel, unos bocadillos y algunos globos, pero cuando estábamos pagando nos dimos cuenta de que no nos alcanzaba para todo, por lo tanto tuvimos que dejar algunas cosas y solo comprar lo necesario. Al llegar a casa me encontré con una agradable sorpresa, mi mejor amiga estaba sentada sobre mi cama con un hermoso letrero en el cual había escrito cosas maravillosas y había dibujado todo lo que caracterizaba nuestra amistad. Hoy en día el letrero yace en una pequeña caja de recuerdos al fondo de mi armario y aunque hayan pasado 5 años yo aun lo veo de vez en cuando para recordarme de esa bella y amarga época de mi vida.

En la cocina se encontraba una vecina de mi abuela y su función era hacer el pastel, yo estaba plenamente feliz, no podía pedir nada más, aunque fuera una fiesta humilde para mi era más que suficiente porque tenía a las personas que más adoraba en un solo lugar reunidas. Lo que me ponía un poco triste era la mirada de mi abuela, yo veía en sus ojos que ella deseaba hacer más, yo podía leer en su mirada la frustración y el enojo, mi pobre pequeña abuela siempre quiso darme lo mejor, ella estaba enojada porque no podía darme la vida que ella deseaba. El pastel tuvo que ser decorado con mi Nutella, ya que no pudimos comprar los ingredientes para decorarlo, recuerdo que me sentí mal porque ya no quedaba nada de Nutella y casi no tuve la oportunidad de degustar esta exótica delicia, mi pastel era algo pequeño y sencillo pero fue realizado con mucho amor.

Cuando los invitados comenzaron a llegar yo estaba extasiada, tener tanta gente que amo en mi hogar era algo que me hacia sonreír. Volver a ver a mi hermano después de 3 meses sin verlo me hizo llorar, el había crecido tanto, honestamente, ver que mi hermano crecía tan rápido sin mí a su lado me rompe el corazón, mi mayor deseo es tener a toda mi familia junta. El día fue particularmente bonito, la meteo había previsto mal tiempo pero el sol brillaba y el cielo estaba despejado. A las 16h mi madre llamó por Skype y cantamos cumpleaños todos juntos, cuando llegó el momento de distribuir el pastel nos dimos cuenta de que no era suficiente para todos, yo tuve que renunciar a mi parte y dársela a Connor, pero el insistió para que lo compartiéramos entre los dos. Luego de esto decidimos ir al parque que estaba en mi residencia, pero no entrabamos todos en el ascensor así que algunos tuvimos que tomar las escaleras. Una idea macabra cruzó mis pensamientos y decidí ejecutarla, por tanto dejé que Connor se adelantara y cuando no me veía simulé caer, el reaccionó enseguida y vino a ayudarme como un príncipe que salva a su princesa, ademas, insistió para llevarme en su espalda y ayudarme a descender los cinco pisos que nos quedaban.

Si tuviera que describir este día en pocas palabras, diría que fue el ultimo cumpleaños feliz que tuve, las cosas que ocurrieron el año siguiente cambiaron completamente mi existencia y mi manera de percibir los momentos de la vida. Ese fue el ultimo cumpleaños que viví con todas las personas que amaba reunidas en una sola pieza, fue el ultimo cumpleaños que viví sin el miedo constante que se apodera de mí ahora.

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Hola a todos, sé que estos últimos años no estuve activa y quiero pedirles disculpa, esta pandemia me afectó un poco. Creo que retomaré la historia pero la haré avanzar un poco más rápido para llegar al momento que explica todo y al evento que cambia la vida de la persona que vivió esta historia. Gracias por leerme y por permitirme compartir con ustedes esta historia que me es muy importante.