Mi omega

CAPITULO UNO

*ADVERTENCIA, EL CONTENIDO A LEER NO ES RECOMENDADO PARA PERSONAS SENSIBLES, QUEDAN ADVERTIDOS*

**** ALGUNOS AÑOS ATRAS****

Aquella noche era una de las mas largas del año, donde la luna brillaba a todo su esplendor, había tantas leyendas sobre aquella noche, como muchos deseaban obtener un milagro, esa noche se decía que la luna no podía controlar el poder que tenia, esa noche muchos aprovechaban para poder obtener algún beneficio, aunque mayormente todos aquellos beneficios eran para un mal.

Como muchos se reunían para lograr obtener ese bien. De todos aquellos en lo profundo del bosque donde un gran grupo de personas reunidas buscando como muchos otros ese bien, todos al final tenían un mismo propósito.

--No debe de haber ninguna falla esta noche-- todos se sobresaltaron al escuchar aquella voz

--Mi señor, no abra ninguna falla, los cazadores están por traer una gran cantidad de sujetos, aunque fallemos tenemos muchas oportunidades-- el hombre fue sujetado del cuello con violencia

--¡¿No han entendido?!-- grito --¡No quiero ninguna maldita falla!, por cada falla que tengan alguno de ustedes morirá-- lo soltó, el hombre cayó y comenzó a toser mientras recuperaba el aliento --Esta noche la luna esta en su mejor punto, su poder saldrá de control, y solo esta noche tiene para que todo lo que se ha trabajando funcione,  tiene dos malditas horas para que me den algún resultado, ¿entendido?-- todos asintieron --¡¿Que hacen aquí, muévanse?!--

El movimiento empezó, los hombres se movieron a sus lugares, pedían algunos que trajeran al primer sujeto, los hombres se movían de un lado a otro preparando todo, sus manos temblaban, ¿Como había terminado ahí?, seguía preguntándose, pero eso ya no importaba, su maldita locura por saber de lo que seria capas lo había llevo a ese lugar, donde no podría escapar sin que lo que el mas amara saliera lastimado.

--Señor-- miro a uno de los cazadores --Aquí esta el primer sujeto-- en sus brazos hacia una pequeña niña, que temblaba asustada, mas no derramaba ninguna lagrima

--Déjala en la silla-- el hombre la dejo y con ayuda de otro la sujetaron --Largo-- el hombre salió dejándolo —Más vale que aguantes— acerco la jeringa al brazo de la niña, ingreso el líquido, la niña grito de dolor, se retorcía

Comenzaba a tener compulsiones, hasta que perdía el conocimiento, el hombre ordenó la segunda fase, tomo una segunda jeringa, y volvió a introducirla, algunos segundos fueron los que se necesito para que la pequeña volviera a ser consiente y gritara de dolor, el ritmo cardíaco era alto, pero a pesar de eso  el hombre no se detendría.

–Señor, ¿Cree qué funcione?— preguntó uno de los ayudantes

—En los experimentos que hicimos dieron resultados— miro a la niña —Por alguna razón, esta pequeña es la única que ha sobrevivido a estos tres meses de experimentación, así que estoy un noventa nueve por cuento seguro que funcionara— miro al hombre —Trae la tercera fase— le entregó una última jeringa con un líquido violeta, miro a la niña —Que la diosa sea piadosa– y inyectó la última fase, la niña soltó un grito desgarrador que aquellos que escucharon sintieron escalofríos.

El anciano había escuchado aquel desgarrador grito, un sacrificio para un bien mayor, era lo que de repetía, mientras escuchaba aquel grito.

—Todos sea por un bien mayor—

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La noche estaba por acabar, el hombre suspiraba al ver que los signos de la niña estaban comenzando a establecerse, había funcionado, con la sangre de la pequeña podrían lograr sacar más soluciones para poder lograr que los niños que quedaban puedan sobrevivir.