Kick Love Into Motion

7

Joe sintió un beso suave en su mejilla izquierda y escuchó un quejido, para luego sentir del otro lado de su rostro, una mano que lo acariciaba con fuerza.

A penas abrió sus ojos y la luz era más brillante que de costumbre. El cuerpo le dolía, pero sentía como si tuviese un perro grande y pesado acostado en uno de sus pies. Se acordó de "Blackie", un perro que su padre amó demasiado cuando él era más joven y se sintió tranquilo pensando que era el animal, aunque era algo imposible, porque "Blackie" había muerto hacía unos cuantos años atrás.
Reha le hablaba intentando hacerlo que abriera los ojos, pero Joe se sintió incómodo cuando la luz en el cuarto le dio de lleno, pero escucharla sollozar mientras sostenía su mano fue lo que hizo que por fin accediera a las súplicas de la joven.

— ¿Dónde estoy? —soltó en un hilo de voz. Sentía su garganta rasposa, un gusto extraño en la boca, algo que le molestaba en la nariz y que intentó sacárselo.

—Amor... —dijo sin lograr contener las lágrimas— No, no, déjatelo —le bajó las manos— Vas a estar bien.

Reha fue por una enfermera pero regresó al lado de Joe, porque no encontró a nadie en el pasillo. Presionó el botón para llamar a enfermería mientras intentaba secar sus mejillas.

—Caíste por las escaleras. Estás en observación pero parece que por el golpe, algo pasó con tu cabeza, no lo sé —lloraba— Me preocupé mucho.

—Mi pie —dijo él quejándose.

— ¿Sientes tus pies? —preguntó y él apenas logró asentir.

La enfermera llegó y lo primero que escuchó era que Joe sentía los pies porque Reha se lo hizo saber entre entusiasmada y angustiada. La mujer que había entrado a la habitación fue por el doctor y la joven se acomodó al lado de Joe como pudo.

— ¿Estaré bien?

—Espero que sí, cariño. Ahora vendrán a verte y seguro te dirán que estarás bien y que podemos irnos a casa.

Joshep entró a la habitación y se sorprendió de que su hijo estuviera despierto. Fue directo a tomarlo del rostro y tras decirle "chico tonto, mi tonto hijo" le dio un beso en la frente. Dejó escapar algunas lágrimas sin avergonzarse de ellas y Cynthia se sumó a él de inmediato.
Reha salió del cuarto para dejarlos solos. Mientras lo atendían tras su ingreso a emergencias, Cynhtia le dijo a la joven que debía que irse, que lo que había pasado era su culpa, solo el señor Elliott pudo calmarla y decirle que fue un accidente en el que Reha no tenía nada que ver, pero el dolor y la preocupación por su hijo era quienes hablaban en la voz de la mujer. La joven no iba a perdonarse si algo grave le pasaba a Joe, Cynthia había logrado hacerla sentirse culpable, pero no iba a dejarlo solo de nuevo.

Tras una ligera revisión, el médico les dijo que Joe respondía bien a los estímulos, solo faltaban unos análisis y otros estudios para descartar lesiones cerebrales. La sangre que apenas le salió por la boca era por dar la boca en el suelo, pero había dicho que no podía respirar, el doctor asumió que podría haberse golpeado el diafragma pero quería que estuviese todo en orden en su cuerpo.

—Voy a volver a cantar —le dijo al galeno mientras revisaba sus reflejos.

—Que bien, Joe, pero primero, vas a recuperarte. Te harán unos estudios para asegurarnos de que podrás volver a cantar.

— ¿Y cuándo podré irme?

—Si los estudios dan bien, que seguro será así, el alta será inmediata —Joe suspiró y quería decirle que se sentía mejor para que lo dejara irse en ese instante. Ya quería regresar a ensayar y terminar de mudarse con Reha, sumado a su desprecio por los hospitales.— Aunque el cerebro es algo delicado. No te desesperes y descansa. La caìda que sufriste fue lo suficientemente fuerte para que te tengamos aquí.