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🏠Dos meses después🏠

Con Reha recuperada y la mitad de la casa arreglada, Joe descansaba en la escalera del porche bebiendo jugo de naranja. A medida que iba reparando y limpiando algún sector, iba llevando sus cosas. Había hablando con su chica sobre poner su casa en venta y recuperar parte de sus ahorros. A pesar de que ella no se había ido a vivir con él a Sheffield por cuestiones de su trabajo y que salvar la casa le había costado mucho dinero, pensaba en cedersela, de todos modos él estaba haciendo cargo de las reparaciones y de limpiarla.Reha se sentó al lado de Joe. Llevaba puestos los guantes de jardinería y estaba marrónes por la tierra que había removido para plantar un pequeño arbusto que él le había comprado. Su rehabilitación iba cada vez mejor y ya no le dolía la fisura que había sufrido.Estaban por disponerse a continuar con sus labores cuando el señor Elliott llegó a toda velocidad en su auto, casi subiéndose a la acera. Al bajar se lo notaba muy preocupado. Joe fue a hablar con él y se metió a la casa. Reha lo siguió preguntándole que pasaba.

—Es Rick —dijo quitándose su camisa y poniéndose una remera tomando su chaqueta.

—¿Rick? ¿Allen?

—Si... creo que... creo que ha tenido un accidente —su preocupación era extrema y se reflejaba en su rostro y su voz.

Ella le pidió que la esperara para acompañarlo pero Joe consideró que debería cerrar la casa e ir a la suya, en cuanto supiera más, iría a buscarla. Reha se sintió terriblemente fastidiada por esa decisión. Rick también era su amigo y quería ir a ver que tan grave era todo. Intentó explicárselo, pero Joe ya estaba dentro del auto. No podía quedarse tranquila. Cerró todas las puertas y ventanas de la casa y se fue a la vivienda de su chico que de a poco iba quedando desierta.

Las horas pasaban y no tenía noticias, él tampoco llegaba a casa. Había juntado las revistas viejas que todavía estaban desperdigadas por la sala, había limpiado su habitación y sacó varias bolsas de basura. Tenía que hacer algo o la preocupación iba a matarla. Cuando se hicieron las tres de la tarde, Joe llegó a casa. Reha lo recibió pero él se encerró en el baño donde lo escuchó vomitar por la ansiedad que le había generado ver como había quedado su amigo tras el accidente que había sufrido. Salió del baño y se fue a la sala. No prestó atención a que parte de la casa estaba un poco más ordenada y limpia.
Comenzó a contarle acerca del accidente de tránsito, de lo que pudo ponerse al tanto y Reha no podía emitir palabra.

-Pero... ¿se pondrá bien?

-El doctor dice que hay que esperar a ver como reacciona su cuerpo, pero... Dios... verlo de esa manera... Tiene 21 años. Su brazo, la batería, tocar es su vida —se tiró contra el respaldo del sofá.

Le dolía la cabeza, el cuerpo entero por la tensión de ver a su mejor amigo delirando por los medicamentos y con la noticia de que su brazo había sido amputado por el cinturón de seguridad.

Reha le dio un analgésico acompañado de té y ella se tomó otro. Fue como si la tensión se la hubiera contagiado, o quizás era tanto trabajar en la casa y sentirse agotada sumada a la preocupación. Joe se durmió sobre su regazo, pero tuvo pesadillas durante lo que estuvo dormido. Ella se despertaba y lo arrullaba tratando de calmarlo, haciéndolo que se durmiera, pero volvía a abrir sus ojos apretando las piernas de su chica por las pesadillas y ella otra vez acariciaba su cabello y sus brazos dándole la seguridad de que todo iba a estar bien. Al día siguiente, Reha fue al hospital por la mañana temprano y al ver a Rick, casi se desmaya. Se acercó despacio y lo tomó de su mano que no estaba comprometida, él reaccionó sujetándosela y abriendo sus ojos.

—Hola, Rick —dijo ella con voz tranquila.

—Reha —emitió con un hilo de voz y una media sonrisa.

Kick Love Into MotionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora