𝐅𝐈𝐕𝐄

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Un año pasó desde que Bruno y Pablo habían iniciado su relación secreta

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Un año pasó desde que Bruno y Pablo habían iniciado su relación secreta. Los dos sabían que sus respectivas madres no apoyarían su relación, por lo que decidieron que lo mejor era mantenerla en secreto y solo revelarla a gente de confianza. Las únicas personas enteradas eran Pepa y Julieta, al igual que sus respectivos novios, Agustín y Félix, los cuales eran unos muy buenos chicos.

A pesar de que la relación la tenían que mantener oculta y no podían actuar como tal frente a la gente, los dos disfrutaban de su relación, disfrutaban de su compañía, de los besos y de los juegos, no les importaba que no pudieran hacerlo en público, para ellos con tal de estar juntos era suficiente.

Justo ese día era su aniversario y querían pasarla de lo más felices, habían planeado encontrarse en el puerto y de ahí caminar a las afueras del pueblo, no era nada especial o organizado, pero para ellos era perfecto. Bruno trató de arreglarse lo más que podía, se vistió con su mejores ropas y se perfumó, se sentía bien y estaba súper emocionado por encontrarse con su amado.

Salió de su habitación con una gran sonrisa en el rostro, venía tarareando la canción "flores amarillas" ya que le recordaba a Pablo. Pero antes de poder bajar por las escaleras, se topó con su madre, haciendo que su sonrisa desapareciera y dejara de tararear.

—¡Mamá! —exclamó, no esperaba encontrarla en esos momentos.

—Bruno...¿a donde vas? —preguntó con confusión. Iba muy bien arreglado y eso no era muy normal en él.

—Ah, eh...a Pablo y a mi nos invitaron a una fiesta e...iba a por él a su casa para irnos. —inventó la excusa rápidamente, estaba nervioso y tenía miedo de que su madre no le creyera.

—Oh, ya veo...bueno, espero que te vaya bien, no vayas a volver tan tarde. —Le ordenó, Alma no le creyó por completo a su hijo, ya que él no era de ir a fiestas.

—Sí, no te preocupes ma', no volveré tan tarde, ¡adiós! —Y con eso último, Bruno echó a correr hacia el primer piso, aún nervioso.

Alma sólo lo vio salir por la puerta. Alzó una ceja extrañada por aquel comportamiento por parte de su hijo, iba muy bien arreglando y lo había escuchado tararear muy feliz, ¿acaso ya tenía pareja? Eso hizo que Alma abriera los ojos como platos.

Alma sentía como si algo estuviera sucediendo y ella no lo supiera, se negaba a aceptar que su hijo le estaba guardando secretos. Decidió que lo mejor era seguirlo y asegurarse de que Bruno no le estuviera ocultando nada malo.

Alma había seguido con mucho sigilo al de rizos. Este en ningún momento había parado en el hogar de los García, haciendo que sus sospechas de que mentía fueran resultas, pero, también había notado que Bruno no parecía preocupado o con miedo, de hecho se encontraba de lo más feliz, tarareaba y hasta algunas veces bailaba.

Se acercaban cada vez más al puerto, donde para su sorpresa, la persona que se encontraba ahí era Pablo, esperando. Este al ver a Bruno se acercó rápidamente a él y le sonrío, se saludaron y emprendieron su camino hacia las afueras del pueblo.

𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 | 𝐛𝐫𝐮𝐧𝐨 𝐦𝐚𝐝𝐫𝐢𝐠𝐚𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora