⌕ › 006 ‹

1.1K 180 19
                                    

—Es tan linda —suspiró Lisa mientras aplicaba agua en la zona manchada de su remera—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Es tan linda —suspiró Lisa mientras aplicaba agua en la zona manchada de su remera—. Todos en el banco me van a envidiar —mordió su labio inferior, con la mirada brillante y emocionada.

 Todos en el banco me van a envidiar —mordió su labio inferior, con la mirada brillante y emocionada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jennie resopló, acomodándose ella ropa para salir y correr fuera del alcance de Kwang y los demás.

Lástima que falló en el intento y una bala casi logra dañarla. Siguió en movimientos mientras más balas salían por doquier.

Gritos horrorizados se hicieron presentes, las personas huían alborotadas de los locales hacia quién sabe dónde.

Un tipo logró interceptar a Kim. Esta esquivó la patada y saltó haciendo que su pie chocara duramente contra la mandíbula contraria, dejándolo tirado al instante.

Un moreno se abalanzó contra ella, más Jennie se sostuvo de aquellos hombros para alzar su propio cuerpo y poder patear bruscamente al que venía detrás. Luego de eso empujó al moreno mientras golpeaba su abdomen y rostro, cogiendo su muñeca para darle una muy fría fractura de hueso. El tipo chilló y Kim terminó por patear su pecho hasta que este cayera con dureza sobre el ventanal, rompiéndolo rápidamente.

La castaña se alejó lo más que pudo, encontrando esta vez a un pelirrojo. Lo tomó del cuello de la camisa y con su rodilla hacía dolorosos impactos en el abdomen adverso, recibiendo quejidos para prontamente lanzarlo hacia otro local, rompiendo también la puerta que era de puro cristal.

Tres tipos seguían intactos, disparando con desespero hacia donde se movía Jennie. Al parecer una bala hizo contacto con su abdomen, pero esto no significó que se rendiría, por el contrario corrió con más intensidad.

—¡Maldita sea! —gruñó Kwang al ya no poder ver a Kim. Nuevamente se había escapado.

 Nuevamente se había escapado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
The wonseog | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora