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Jennie tomó a la pelinegra por la cintura de manera cuidadosa, ambas adentrándose al lujoso y gran hotel

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Jennie tomó a la pelinegra por la cintura de manera cuidadosa, ambas adentrándose al lujoso y gran hotel.

Todo estaba pulcramente decorado, gente refinada y muy bien vestida bebían licores y otros jugaban en el gran mesón de apuestas.

—¿Qué hacemos acá? —susurró Lisa.

—Debo encontrar a alguien para entregarle el Wonseog.

—¿A quién exactamente? —cuestionó, yendo detrás suyo.

—A Shin JungSoo.

—Oh bueno —vio a un mesero pasar a su lado y rápidamente lo tomó del brazo—. Discúlpeme. Estoy buscando al señor Shin JungSoo —la coreana agrandó sus ojos al escucharla.

—Ahí está, señorita —le indicó el mozo con el dedo índice.

—¿Ves? Ahí está —comentó con despreocupación, imitando el gesto del mesero

—Espera, espera —Jennie bajó la mano de la chica—. No hagas eso —resopló tratando de contenerse—. Por favor, déjame esto a mí. ¿De acuerdo? —la miró con seriedad.

Lisa sonrió lindamente.

—Uh, estás celosa~ —canturreó—. Estás celosa porque soy mejor que tú y por eso no querías traerme aquí.

—Bah, fue solo suerte de principiante. Ahora, agente 000, probemos nuestra suerte —la sostuvo de la muñeca y la llevó al gran juego de fichas y cartas.

Lisa observó las grandes cantidades con suma sorpresa.

—¡Wow! ¿Tanto dinero? Es mucho.

—Bien, hagas sus apuestas damas y caballeros —avisó el anfitrión.

—Oye, no sé cómo se juega —se quejó la tailandesa.

Jennie miró fijamente los números escritos en el mesón y luego colocó sus fichas al lado de Lisa.

—Apuesta todo al 31.

—¿Todo?

—Todo.

Lisa suspiró y colocó las fichas en el lugar que se le indicó. Los otros señores pusieron en diferentes números y absolutamente todos miraban expectantes a la pelotita que giraba en la ruleta de madera.

El movimiento fue haciéndose cada vez más lento hasta que Lisa no pudo creerlo.

—¡Felicitaciones! El ganador fue el 31 rojo.

—¡Dios! ¡Ganamos! —chilló totalmente emocionada, abrazando a Jennie y llamando la atención de Shin desde la lejanía—. ¡Ganamos!

—Bien. ¿Y ahora?

La castaña analizó el tablero.

—Ve al 26.

Colocó las fichas y esperaron hasta que la ruleta se detuviera.

The wonseog | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora