Capítulo 8

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/Narra el autor/

  Durante el campamento, John tenía que distraer con distintas cosas a su propio padre para que eventualmente perdiera de vista su hijo menor y este aprovechara para poder salir a hacer su exámen.

  Durante las tardes y las noches iba a Gótica con la ayuda de John y una vez alli se equipaba. Su misión era en toda una semana detener más de 30 crimines, sin ayuda. Era prácticamente imposible para alguien que no poseía un vehículo o poderes que le facilitara el desplazamiento de un lugar a otro.

  Su primera noche fue algo complicada. Ni bien llego pudo detener un asalto, un intento de robo, un intento de asesinato y un intento de secuestro. Estuvo bien, sin embargo aun le faltaba 26 crimenes más y no tenía forma de desplazarse para encontrar más crimenes que lo ayudaran a avanzar. camino durante horas, solo pudo detener a uno o dos ladrones pero nada más. El día comenzo a asomarse y eso era señal de su retirada. Sin más que poder hacer volvió al campamento y se quedo con el resto de sus compañeros el resto del día, por suerte, su padre no los descubrió.

  Al pasar los días todo comenzaba a volverse más y más difícil. Mantenerse despiero era un desafio, pero pasear por las noches intentanto completar su exámen, era una misión casi imposible, su cuerpo casi no respondía y su objetivo parecía cada vez más lejano. Robaba motos de los asaltantes, atacaba en barrios muy marginales e inseguros e inclusos trataba de observar puntos favorables para los criminales. Ni aún así parecía suficiente. Su estrés llegó a tal punto que incluso perdio la cuenta y la paciencia en pleno examen.

  Al final, volvió a su casa al terminar el campamento y durmió todo ese fin de semana sin interrupción alguna.

  A la semana siguiente, cuando ya estaba en buenas condiciones físicas, su hermano mayor lo llamó. Este quería que le hiciera un favor, para así saldar su deuda. Al principio, Michael se emocionó porque pensó que se trataba de una misión especial o una infiltración de algun tipo. El favor en realidad se trataba de investigación para unos asuntos personales. John quería sorprender a Jay, su novio, con una especie de cita especial. Michael queria negarse pero sabía que debía devolver el favor.

John: Necesito que uses tus recursos. Así como sacaste esa foto, necesito que me ayudes en este día especial.

Michael: Se te olvidó un detalle cerebro de piedra, estoy atrapado en mi prisión hogareña. Si salgo, papá se enterara.

John: Ya pedí unos favores a un amigo para que lo distrajera. No te preocupes por detalles menores.

Michael: ¿Menores? Oye, si me ve fuera...

John: No pasará. Por favor ayudame con esto.

Michael: *Suspira* Ok. Te veré en el punto de reunión. Dame una hora.

John: Bien.

  Michael fue a buscar un equipo de espionaje desde la base de su maestro y luego fue al parque, en donde lo esperaba su hermano.

Michael: ¿No pudiste pedirme este favor antes?

John: Se me acabaron las ideas.

Michael: Ok, yo te ayudo desde lo lejos.

  Cuando Jay llegó, Michael se encargó de decirle a su hermano a través de un comunicador los lugares que debían visitar. Tomaba en cuenta desde la cantidad de gente, hasta las vistas y lo populares que eran, incluso tomaba encuenta sus gustos. 

  En eso, Jay se fue al baño y mientras es estaba ausente, John vio como un niño lloraba debido a que perdió su globo. El mayor de los hermanos no dudó en comprar otro y se lo regalo. La sonrisa de aquel infante hizo que John sonriera con total naturalidad.

  Michael quedó sorprendido por tal acto de generosidad.

El Hermano De John KentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora