FÉLIX
- ¿Quieres ir al acantilado de Penvich? He oído que es precioso.
- Vale, Lix. Pero, ¿dónde se supone que está eso?
- A 23 minutos en coche.
- Ah, no está tan lejos como imaginaba. ¿Vamos ya?
- Síp.
*Le puse el GPS de mi teléfono a Hyunjin para que me llevara. A los 23 minutos y 23 segundos de irnos, llegamos.*
- Es demasiado bonito. ~dijo Hyunjin.~
- Ya ves..
- ¿Sabes lo que he traído?
- ¿El qué?
- ¡Cosas para hacer un pícnic!
- ¡Qué guay!
~Los dos rieron. Luego, se abrazaron mientras no paraban de reír y rodaron por aquel lugar. Lo que no sabían era lo que pasaría a continuación.~
- ¡Jinnie, el acantilado!
~Hyunjin estaba en el borde del acantilado, lo único que lo mantenía sin caerse era la mano de Félix, que sin tener mucha fuerza soportó su peso.~
- Félix...
- No digas nada, solo tengo que tirar de ti hacia arriba con todas mis fuerzas. ¡1, 2 y 3! ¡Arriba!
~Félix intentó con todas sus fuerzas llevarlo a la cima para que se salvara Hyunjin. Y lo consiguió. Hyunjin se salvó. El que no se salvó fue él.~
- ¡Fefi!
- Te amo, Hyunjin. ~chilló mientras caía.~