Soy yo. Hyunjin. El que está escribiendo esto.
Todo lo que le leíste fue escrito por mí, ya que Félix nunca pudo.
Félix fue, era y es lo que hace que me levante cada mañana. Es mi rayo de Sol por la mañana y mi rayo de Luna por la noche. Es esa persona que por mucho que quiera, nunca saldrá de mis pensamientos.
Siempre que miro mi anillo me acuerdo de él, de su sonrisa, de sus preciosas y únicas pecas, y de él en sí. Un día dijimos que este anillo nos conectaría para siempre, que si alguno estaba lejos, usaría el anillo para no sentirse solo. Porque él sería mi anillo y yo el suyo. Y ahora, como lo necesito más que nunca, siempre estoy mirando al anillo.
Esta historia la escribí realmente porque necesitaba volver a sentirle. Volver a sentir que estaba conmigo. Porque yo estaba muy mal, y escribir esta historia sobre nosotros dos me servía, en cierto modo, de terapia.
Siempre creí que yo moriría antes. Porque al principio de la historia, yo quería acabar con mi vida. Y no os mentiré, a veces lo sigo pensando. Pero nunca lo haré. Porque debo vivir ya que él no pudo. Tengo que disfrutar de lo que él no tuvo oportunidad.
Félix fue lo que me mantuvo con vida ese día en el que iba a acabar con todo. Félix sacrificó su vida a cambio de la mía. Y al final, él sigue siendo todos los días la razón por la que vivo.
Todos tenemos una razón para vivir. Y si no es una, son muchas. Él es mi razón, y un día, sin desearlo, le perdí. Así que, querido lector, si tu razón todavía existe, no quiero decir en tus pensamientos, porque él sigue existiendo en los míos, si no que exista de verdad, que sea de carne y hueso, disfruta de esa razón. Por favor. Hazlo por mí y por él, que no tuvimos esa oportunidad.
Y sobre todo, lector, sé feliz. Porque yo te juro que intentaré serlo. Porque realmente yo estoy luchando para serlo. Y si yo puedo luchar por ello, tú también.
