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unos momentos antes.

yeonjun se sentó en aquel café, mirando su reloj de muñeca un par de veces. volteando en dirección a la puerta cada vez que el tintineo del cascabel sobre ésta indicaba que había entrado alguien al lugar. peinó su cabello ansiosamente, pidiendo a las huestes celestiales para que le concedieran la aparición de éste chico.

el tintineo fue constante, por lo que al rato sólo dejó de mirar en su dirección y sólo ordenó un café, suspiró al considerar que sería raro que aparecería así nada más. al tomar el último sorbo, dispuesto a ponerse de pie y marcharse, un último tintineo se escuchó. con poca fe, yeonjun volteó hacia la puerta, y entonces lo vio.

un chico alto y delgado estaba de pie junto a la puerta. su atractiva cara y su buen porte lo impactó. pudo notar facciones parecidas a las de la señora choi, por lo que dedujo que beomgyu se parecía más a su padre.

el chico miró en todas las direcciones, buscando una cara que no conocía, y cuando marcó el número con el cual había estado chateando los últimos minutos, se dio cuenta que la persona que por primera vez lo había buscado luego de irse, estaba frente a él, mirándolo con una sonrisa.

―heeseung-ssi ―yeonjun llamó, levantando la mano, el chico frente a él asintió, suspirando antes de caminar hasta él.

―presidente, es un placer conocerlo ―hizo una pequeña reverencia. manteniéndose serio e imperturbable―. disculpe la tardanza, me perdí llegando a acá. no conozco muy bien la ciudad, no viví aquí mucho tiempo ―confesó, presionando sus labios.

―no te preocupes, sólo toma asiento, por favor ―yeonjun invitó amigablemente. heeseung asintió, tranquilo.

él cuidaba muy bien sus expresiones y la forma en la que hablaba, cosa que le recordó a su colega. se preguntó cuán parecidos eran estos hermanos entre sí. era una pena que las cosas hubiesen terminado de ésta forma, pero por eso estaban ahí, para intentar darle sentido.

el menor ordenó un té helado, y yeonjun sólo pidió una torta de chocolate para degustar mientras escuchaba su historia.

―tenía curiosidad de saber cómo me encontró ―comenzó el menor, mirándolo a los ojos brevemente―. porque ¿no se supone que todos creían que estaba desaparecido? ―ladeó la cabeza.

―¿sabías de eso todo éste tiempo? ―yeonjun preguntó dubitativo.

―yo intenté volver, pero de repente no tenía nadie que me recibiera ―explicó, forzando una sonrisa―. me habían propuesto un trabajo con mejor paga, fuera de la ciudad, cuyo monyo ayudaría mucho a mi familia. como se imaginará, acepté de inmediato ir a ver de qué se trataba, pero resultó ser demasiado difícil para mí y no tenía dinero para regresar, por lo que estuve obligado a permanecer allí hasta reunir lo suficiente, para no volver con las manos vacías ―se rio de sí mismo―. aunque claro, fue lo más tonto que hice.

―¿heeseung?

―mi familia creyó que desaparecí durante todo ese tiempo ―miró su bebida, melancólico―. cuando tuve el dinero en mis manos, escribí una carta a mi hermano menor antes de volver, pero cuando llegué a la ciudad... vi los anuncios de desaparecido, mi cara impresa en periódicos, claro que, nunca fui buscado o contactado. yo estaba trabajando en las zonas pesqueras y agrícolas del país, ¿por qué seguía siendo un desaparecido para ésta ciudad, cuando yo era alguien que fácilmente podías ver en las calles? ―sintió sus ojos arder, pero reprimido sus emociones antes de continiar―. pero... fue ahí cuando comprendí porqué la policía nunca me buscó, porqué sólo me dieron por muerto.

kind to yourself [soogyu] *hiatus*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora