Capítulo tres

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Se quedó dormido en el sofá de su casa esperando a escuchar ruido en el pasillo, pero nada, eso provocó que saliera cinco minutos más tarde que el día anterior, por lo que cuando salió al pasillo no se encontró con el rubio, debía admitir que sintió un poco de frustración porque sus planes de volver a hablarle se vieron arrebatados con eso. Al llegar a recepción vio que la chica recepcionista ya había llegado, su idea de coquetearle se fue a la mierda por completo y se acercó con una sola intención, ella mostró una sonrisa coqueta apoyándose en el escritorio.

—. ¿Ya se fue Kurt Cobain? — La muchacha de rizos pareció confundida ante esa pregunta, pensó que había ido con otra intención.

—. Eh, sí, salió hace unos minutos hacia su trabajo, ¿Por qué, querido? — Estiró su mano buscando tomar la del pelirrojo pero éste la apartó llevándola a su rostro con desesperación. —. ¿Por qué te interesa?

—. ¿Qué sabes sobre él? ¿No habla con nadie? — Agitó su mano dando a entender que podía decir algo, la rizada hizo una mueca de disgusto al ver que ni siquiera le estaba prestando atención a su intento de coqueteo, bufó como respuesta antes de decir algo.

—. No habla con nadie del edificio, sale temprano y regresa bastante tarde absolutamente todos los días, ya una vez tuvimos problemas porque... Bueno, porque tuvo una sobredosis de medicamentos y se cortó las venas de los brazos en dos ocasiones, lo encontraron unos vecinos del piso de arriba debido a que la regadera quedó abierta mucho tiempo y el ruido les molestaba, estuvo una semana hospitalizado en las tres ocasiones y nada más estar de alto regreso a trabajar con los mismos horarios. Vivo de milagro, para su mala suerte, insistí en que lo desalojen pero no lo hacen porque paga la renta a tiempo y esos han sido los únicos conflictos que ha tenido, no afectan a los demás, así que... Ajá, aquí sigue. — Cruzó sus brazos sobre su pecho notando como el pelirrojo parecía conmocionado por toda esa información.

—. Dios, pobre chico... Gracias por la información. — Salió del edificio sintiendo un nudo en su estómago, así que a eso se debía su apariencia enfermiza y las cicatrices en sus muñecas, ¿Qué era aquello que aquejaba a tan lindo chico?

Su camino fue rápido hacia su trabajo, al llegar Stephanie estaba jugando con su celular, pasó de largo dejando su mochila sobre la silla, fue a buscar una botella de alcohol, gasas, vendas, agua oxigenada y algodón para meterlo en la mochila, sacó dos billetes para meterlos en la caja registradora haciendo su propia factura, todo bajo la atenta mirada de la castaña.

—. ¿Qué haces, we? — Metió su celular en el bolsillo trasero de su pantalón, acercándose a su amigo, el pelirrojo dejó escapar un suspiro.

—. La recepcionista del edificio me dijo que el chico del frente ha tenido tres intentos de suicidio desde que vive ahí, uno con medicamentos y los otros cortándose. — Tecleó un par de veces, cuando por fin tuvo la factura lista la cortó llevándola a su bolsillo.

—. Dios mío... Así que, ¿Harás un botiquín de emergencia en tu casa? — Se alejó para volver a su silla y tras ella fue el colorín apoyándose del mostrador.

—. Sí, por cualquier situación que se pueda dar, se me hace terrible que nadie en el edificio se preocupe, el pobre chico debe estar pasando por una situación tan difícil... — De solo imaginar las posibilidades se le revolvía el estómago, por la historia de la novia de Seymour llegaba a imaginar que tan hundido había que estar para tomar esa decisión.

—. Tienes una bonita intención, pero también ten cuidado, no lo apresures o podemos tener un resultado indeseado. — Tras dar esa advertencia tuvieron que ponerse alertas con el trabajo, habían llegado varias personas a comprar y a hacer otro tipo de transacciones que eran permitidas en el local.


Axl dejó escapar un suspiro observando la puerta del frente a su departamento, las luces estaban apagadas, lo sabía porque por la ranura de la puerta al suelo se veía oscuro, miró hacia todos lados viendo como su vecina de al lado a penas iba llegando, era una mujer rubia que vivía ahí junto a su pequeño hijo, le saludó antes de adentrarse a su hogar.

Dejó su mochila sobre el sofá, quitó su camisa y sus zapatos yendo hacia el baño, se dio una ducha rápida antes de colocarse un pantalón de algodón que utilizaba para dormir, fue hacia la cocina sacudiendo sus largos mechones rojizos, se quedó pensando en si debía hacer algo elaborado o comerse un maldito pan e irse a dormir, no había tenido ánimos de ejercitarse ese día, por eso no sentía tanto cansancio como en otros días.

Decidió preparar un pollo con salsa de mostaza y vino blanco, porque eran las únicas cosas que tenía en el refrigerador, debía ir a hacer despensa el siguiente día y eso significaba que probablemente el siguiente día sería igual de largo, sirvió su cena en un plato y se quedó observando lo que había sobrado.

Fue a buscar un topper para meterlo y colocarle una tapa, fue por un post-it a la sala y un lápiz, al regresar pegó la hojita de color amarillo sobre la tapa, «Buen provecho, ten linda noche» con su letra un tanto desprolija, tomó el topper saliendo del departamento mirando hacia todos lados, del ascensor venía saliendo la recepcionista, maldita sea contigo, morra insistente.

—. Oh, Axl, a ti quería verte. — Se acercó al pelirrojo, un rubor cubrió las mejillas de la chica al ver que el pelirrojo iba sin camisa.

—. ¿Qué quieres? — Se le quedó viendo con un gesto serio, era de esos día en los que necesitaba estar en total armonía y el universo le jugaba en su contra.

—. Mañana saldré temprano, ¿No quieres que vayamos a cenar juntos? ¿Uh? ¿Y eso? ¿Para quién es? — Observó el topper, la chica sonrió con coquetería y agitando sus pestañas, Rose ni siquiera sabía su nombre ahora que lo pensaba. Se puso alerta al ver que el ascensor abría sus puertas, eran casi las once, su suposición de que el rubio regresaba siempre a esa hora era verdad.

El ojiazul al ver, para lo que él era mucha gente en el pasillo se asustó un poco, se notó por la forma en que había tensado sus hombros que cargaban la mochila y eran cubiertos por la camisa de uniforme y su suéter, tuvo la intención de regresar por donde había llegado pero era lo que Axl quería evitar.

—. ¡Oye! Te hice algo. — Alzó su mano llamando la atención del rubio, el chico con timidez e incomodidad tuvo que acercarse al ver que el colorín extendía un objeto, al estar cerca pudo ver que era el topper con comida.

—. No era necesario... — Murmuró con un tono bastante bajo sintiendo sus orbes llenándose de gotas saladas de forma inexplicable, el pelirrojo se sorprendió al ver que esos dos zafiros se ponían húmedos.

—. No, quizás no, pero quería dártelo. — Esperó a que tomara el recipiente para bajar su mano, sus manos se veían enrojecidas con un par de heridas en los dedos, pero parecían más de esfuerzo que de autolesión.

—. Gracias, buenas noches. — Se apresuró a meterse en su departamento para evitar que vieran las lágrimas caer por sus mejillas, Axl quiso hablarle de nuevo, tocar la puerta pero Stephanie le advirtió que fuera paciente.

—. Qué mal educado, en fin, ¿Qué dices, Axl? — Cuando el pelirrojo al fin salió de su burbuja volteó a ver a la chica, tenía cosas mucho más importantes en las que pensar.

—. No, gracias.


໒❛ 𝟒 𝐌𝐎𝐑𝐀𝐍𝐓 ♡ ❫ ◗  ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora