Capítulo siete

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La oscuridad en Kurt Cobain iba más allá de si mismo, creció con una madre amorosa que fallece de leucemia cuando tiene solo catorce años, desde entonces se queda solo con un padre abusivo y una hermana con poliomelitis, huye de su casa con dieciséis años, empieza a trabajar para darle una vida tranquila a su hermana pero su padre le empieza a exigir cada vez más dinero para la salud de la chica.

Le quita casi todo su sueldo de la cafetería haciendo que no le alcance, ni con las horas extras, opta por la opción de tener relaciones sexuales con desconocidos para que el dinero le alcance y completar la renta, a sus veinte años se hundió en una terrible depresión que se reflejó cuando llegó a vivir a aquel edificio, sus anteriores intentos de suicidio eran una vez por año, cuando sentía que iba a colapsar, cuando la crisis rompía su cabeza como la presión de los cascanueces a la semilla hasta quitar el cascarón dejando el puro corazón para que todos comieran de el.

Solo tenía veintitrés, pero estaba tan hundido, sentía que ya no tenía ningún valor, que era solo un juguete más cumpliendo con las exigencias de su padre y de las personas que le pagaban, poco a poco fue dejando el inconsciente hasta abrir sus ojos y encontrarse con el techo de una habitación de hospital, debería sentirse frustrado pero se sentía decepcionado porque incluso para morir era un inútil.

Bajó su mirada sintiendo un revoltijo en su estómago, Axl estaba sentado en un sofá con sus brazos apoyados sobre la camilla y su rostro hundido entre estos, si tan solo supiera todo lo que hacía... Quizás no estaría ahí, no se preocuparía por hacerle cena todas las noches, ¿Qué pensaría? ¿Pensaría que era una broma? ¿Alguien sin una pizca de valor? La puerta de la habitación se abrió dando paso a una mujer de cabellos rubios y orbes azules, era una enfermera, la mujer se acercó a Axl para darle un zape logrando despertarlo y Kurt se extrañó por eso.

—. Pudrete, pendeja de mierda... Digo, buenos días, Karen. — Se corrigió al instante al ver que el rubio estaba despierto, el chico se veía demasiado cansado y pálido.

—. Buenos días, le dije a Stephanie que estás aquí y dijo que cubrirá tu turno por hoy. — Fue a revisar la bolsa con suero, habían realizado una transfusión de sangre y habían tenido que realizar puntos en tres de las heridas. —. ¿Cómo te sientes, cariño? ¿Quieres desayuno?

—. Estoy bien... — Murmuró el rubio tomando asiento, bajó su mirada hacia sus brazos que estaban vendados y dolían un poco.

—. Seguro, tienes suerte de tener al cabeza de chicharito como vecino. — La rubia soltó una risita acomodando las sábanas del chico, Cobain notó que al igual que él, ella poseía varias cicatrices en sus muñecas.

—. ¿Se conocen? — Axl hizo una mueca bastante graciosa como si quisiera hacer una broma pero Karen le dedicó una mirada filosa.

—. Es el mejor amigo de mi novia, desgraciadamente. — Cuando todo estuvo en orden se sentó al borde de la camilla, Karen se sentía reflejada en ese muchacho de orbes azules tan tristes. —. Oye, no tengas miedo de pedir ayuda, te lo dice alguien que llegó a sentirse igual de hundida que tú, hay personas que te van a ayudar de todo corazón sin esperar nada a cambio, entre esas personas estoy yo y también Axl, cualquier cosa que necesites, dinero, comida, ropa, un hogar, no dudes en buscarnos. Ahora, intenta descansar, estarás aquí tres días y deberás descansar un semana en casa, no podrás salvarte de ese descanso porque tienes al médico viviendo a tu lado.

—. Soy anestesista sin trabajo, Karen. — El pelirrojo dejó escapar un suspiro, si tan solo pudiera encontrar un empleo de su carrera, los anestesistas tenían un sueldo bastante alto y podía asegurar con eso un mejor hogar y una mejor ayuda al rubio.

—. Lo sé, por cierto, te conseguí una entrevista con el director del hospital para mañana, ya sabes. Me retiro, volveré más tarde a cambiar el suero. — Tras dar ese aviso se retiró dejando a los dos muchachos solos.

—. Kurt, ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué sucede? Puedes confiar en mí, quiero ayudarte. — Estiró su mano tomando al del rubio, el chico se quedó en silencio por largos segundos al ver que el pelirrojo acomodaba las vendas, sintió sus orbes llenarse de lágrimas.

—. No... No te atormentes con eso, algún día se va a acabar. — O lo acabará él mismo y ese era el medio del colorín, ver esa luz terminar de apagarse.

—. Por favor, dime, no te voy a juzgar... — Prometió aquello más en sus adentros dejando un beso en el dorso del ojiazul, Kurt sintió su estómago contraerse.

—. Yo... No valgo nada... No tengo a nadie, mi hermana está enferma, en el trabajo me explotan, tengo que vender mi cuerpo porque mi papá me roba mi sueldo... Perdí todo lo que amaba y ahora no tengo nada... No quiero ser una carga, en serio, deja que acabe con esto, ya no puedo más... — Se rompió en llanto de nuevo, sus manos temblaban al mismo tiempo que las heridas dolían, Axl se levantó del sofá para acercarse y abrazarle logrando sorprender al contrario.

—. Voy a ayudarte en todo lo que pueda, ¿De acuerdo? No acepto un "no es necesario", no nos conocemos bien, ni siquiera sabemos que tanto podemos confiar en el otro, pero créeme cuando te digo que en esta semana que ha pasado he querido hacer todo lo posible por ayudarte, vas a dejar de vender tu cuerpo y de hacer horas extras, aparte de que vas a descansar lo que debes. — Le soltó sentándose al borde de la camilla, el rubio sorbía su nariz e intentaba no seguir llorando.

—. ¿No debes ir a trabajar? — Llevó una mano a limpiar sus lágrimas con el dorso de la misma, el pelirrojo dejó escapar un suspiro mirando hacia el frente.

—. Ya dijo Karen que Steph cubrirá mi turno hoy, claro que no la voy a dejar, volveré en la tarde a verte, ¿Si? Te traeré cena, cualquier cosa dile a Karen. — Acomodó uno de sus mechones dorados detrás de su oreja antes de levantarse y salir de la habitación.

໒❛ 𝟒 𝐌𝐎𝐑𝐀𝐍𝐓 ♡ ❫ ◗  ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora