Las calles de Tokio estaban cada vez más vacías a medida que la noche iba avanzando. Ya eran cerca de las nueve. En una banca de un pequeño parque de Shinjuku, Mitsuha estaba sentada abrazando el brazo de Taki y apoyada en su hombro. Él apoyaba su cabeza en la de ella, con los ojos cerrados, mientras conversaban en forma relajada.
Mientras lo hacían, imágenes del pasado fluían en su memoria, poblándolas con recuerdos que antes estaban del todo bloqueados.
—...pero, entonces tú sabías que a mí no me gustaba llamar la atención en el instituto, y cada mañana, cuando volvía ser yo misma, Saya me contaba que yo había hecho un escándalo el día antes ¿Es que no podías controlarte?
—No era culpa mía ¿Acaso no sabes lo difícil que era ser tú? Pff —se rio de sí mismo de lo absurdo que era decir esa frase a la propia dueña de ese cuerpo—. Yo soy hombre, y hay demasiadas cosas que yo no sabía de las mujeres... y supongo que sigo sin saber. Y como nunca pudimos conversar en persona, tampoco nos pudimos enseñar a actuar bien como el otro. Yo solo podía aprender quién eras tú desde los ojos de los demás. Cuando hacía algo que tú no hubieras hecho, todos me miraban con desaprobación o extrañeza. En especial Sayaka y Yotsuha. Vivían regañándome. Eran mis guías para saber cómo actuabas en tu vida normal.
Mitsuha recordó cómo, en los días cuando era ella misma, Sayaka le pedía alarmada que por favor no hiciera de nuevo algo que a ella jamás se le hubiera ocurrido en primer lugar, y entonces sabía que era Taki quien lo había hecho. Una sonrisa le cruzó la cara. En retrospectiva, era una situación muy divertida.
—Pero, ¿sabes Taki? Para mí, ser tú no era tan difícil. O sea, al principio me perdía en Tokio hasta para ir a dejar la basura, pero descubrí que tus amigos de verdad te querían. Y me ayudaron mucho. Además, nunca me retaron por actuar raro o diferente de ti. Bueno, excepto que me pedían que dejara de hablar con acento —una suave risa teñida de recuerdos la embargó—. Ah, sí, me retaron mucho en tu trabajo, en especial los primeros días. Lo siento. No sé cómo no te despidieron, recibí muchos retos de los cocineros. En especial de Jean Pierre.
—Ja, ja, sí, créeme que eso lo supe muy bien; como al siguiente turno yo compensaba tus errores, supongo que por eso logré salvar mi pellejo.
—Pero en general todos me trataban bien. Hasta tu papá fue muy dulce conmigo. Diría que cuando yo estaba con ellos, tú les parecías más interesante.
—¿Eh? Oye, eso no es cierto —protestó Taki.
—Bueno, si no me crees, deberías preguntarle a Okudera-sempai por...
Mitsuha se incorporó y miró a Taki, quien se sobresaltó al sentir que la cabeza de Mitsuha sin previo aviso ya no soportaba la suya.
—Tú.... ¡tuviste una cita con Miki Okudera!
—Oye, ¡pero si tú misma me obligaste a tenerla! Cuando desperté ese día, apenas si alcancé a ver tu mensaje y tuve que llegar corriendo a la cita.
—Pero tú... y... ustedes...
Taki sintió como el cuerpo de Mitsuha se estremeció. «¿Está celosa?», se preguntó.
—Tú dices... ¿yo y Okudera?
—Ustedes... ¿se hicieron pareja?
Taki miró la cara de Mitsuha. Ella tenía en su cara una mezcla entre culpabilidad y ansiedad, lo cual le dio risa, pero cuando la cara de la chica comenzó a cambiar a un ceño molesto, su risa se cortó de golpe. En realidad, el resultado de esa cita tampoco había sido para nada gracioso, así que se serenó.
—Perdona, perdona, es que... en realidad me pusiste en apuros. Sí, Okudera al principio me gustaba mucho. Era una chica... bueno, sigue siendo una mujer preciosa...
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Kimi no Na wa. Reencuentro con el futuro.
FanficAfter story: Taki y Mitsuha se reencuentran en abril de 2022 sin saber quién es el otro. Se enfrentarán al desafío de recuperar sus recuerdos perdidos y profundizarán tratando de comprender a qué se han enfrentado y por qué. Descubrirán que sus recu...