8. El vestido de la novia

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Cerca de las once de la mañana, Sayaka esperaba a su amiga afuera de una tienda con grandes vitrinas. Dos vestidos de novia, blancos, amplios y glamorosos, atraían la vista desde el escaparate. Sayaka los miraba, pensando que eran preciosos, como si fueran de princesas, pero ella no se veía usándolos. Como ella no era tan alta, pensaba que se vería casi perdida en unos vestidos así de amplios. De verdad necesita que su amiga le ayudara a hacer una buena elección.

De pronto, por el reflejo de la vitrina, vio a Mitsuha acercarse.

—Hola Sayaka ¡disculpa el atraso! ¿Me esperas hace mucho rato?

—Hola Mitsuha, no te preocupes, llegué hace poco también. Y tenemos hora con la asesora a las once y cuarto, así que estamos a tiempo.

—Ah, genial, entonces podríamos entrar a la tienda y mirar qué vestidos tienen. Me dijiste que también tenían algunos como para mí ¿verdad?

—Claro, tiene vestidos de gala o formales que son preciosos, sé que te van a gustar. Entremos.

En la tienda fueron recibidas por una vendedora. Sayaka preguntó por la ejecutiva con quien tenían la cita. Aún estaba ocupada con otra clienta. Siguieron mirando vestidos mientras esperaban.

—Mira este, ¿te gusta? —preguntó Sayaka, con los ojos brillantes, frente a un vestido de un tono rojo, escotado y ajustado—. Creo que haría juego con tu...

Sayaka en forma inconsciente miró el peinado de su amiga, que estaba de espaldas a ella, y se sorprendió de ver que llevaba un accesorio azul para tomar su pelo, diferente de la cuerda trenzada que ella había usado toda la vida. Era primera vez que la veía sin su cuerda.

—¿Eh? ¿Ya no usas tu listón rojo?

—Ah, eso... —Mitsuha se volvió, como algo avergonzada—. Creo que podemos buscar cualquier otro color, ya que no estoy usando mi cuerda...

—¿En serio? Por fin estás modernizando tu estilo.

—¿Eh? ¿Cómo que por fin?

—Creo que es bueno que te abras a probar nuevas cosas, supongo, y dejar atrás el pasado.

Mitsuha miró el suelo y sonrió para sí misma, como considerando esa sugerencia, pero el pasado la acababa de encontrar ayer y no podía estar más feliz por ello.

Sayaka de pronto sintió que algo diferente le pasaba a su amiga. Estaba muy animada hoy, más que de costumbre. Estaba sin su cuerda y riéndose sola. Nada de eso era habitual en ella desde hacía mucho tiempo. ¿Habría algo que Mitsuha no le había contado? Solían conversar a menudo por teléfono y los últimos meses se habían visto varias veces. Pero Mitsuha no le había comentado de nada novedoso, bueno o malo, que le estuviera pasando.

—Oye, ¿estás bien?

Mitsuha dio un respingo, como si hubiera sido sorprendida por una profesora haciendo algo malo.

—Oh, sí, sí, estoy bien, Saya. ¡Mira! ese vestido de ahí también me gusta mucho...

Mitsuha pasó a su lado, algo sonrojada. Sayaka no pudo dejar de sentir que su amiga estaba intentando cambiar el tema y distraer su atención.

En ese momento apareció la vendedora que estaban esperando, una mujer de unos 50 años, vestida de forma elegante. La mujer les dio una amable sonrisa al verlas.

—Buenos días. Qué bueno verla de nuevo, señorita Natori. Y usted debe ser la señorita Miyamizu ¿verdad? Soy Aiko Nakamura, voy a ser su anfitriona para la elección de sus vestidos.

Mitsuha respiró aliviada por el buen timing de la aparición de la vendedora.

—Muchas gracias por recibirnos, Aiko-san. Mitsuha y yo estamos muy contentas de que nos ayude.

Kimi no Na wa. Reencuentro con el futuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora