Tras Miguel hacer famoso el dojo "Cobra Kai", Cali al igual que otros jóvenes incomprendidos van a probar. Cali debe enfrentarse a ser la única chica del equipo junto con Aisha, el karate, el instituto y sus problemas amorosos con el loco de Halcón...
Todos reunidos a su al rededor dimos comienzo a el sermón de Lawrence que seguía oliendo un poco a alcohol.
-Os he enseñado a pegar primero, a ser agresivos y no unos pringados- habló el Senséi caminando al rededor nuestra- os he enseñado a pegar duro y a poner toda la fuerza en todas vuestras acciones pero no os he enseñado la tercera regla: sin piedad. Cuando te haces mayor descubres que la vida no es justa, un día os despertáis contentos... entonces la vida te da una patada en los huevos y os llena la boca de mierda, suspendes un examen, te quedas sin trabajo, te enamoras de una chica pero aparece otro tío y te la roba, te incendian el coche o atacan a tu padre.- me miró sutilmente- Cuando crees que las cosas se están arreglando todo se va a la mierda, así son las cosas: la vida no tiene piedad, nosotros tampoco, haremos todo lo posible para no hundirnos, todo lo posible para seguir adelante ¡Lo haremos todo para ganar!- todos sonreímos ante sus ánimos- recordad quiénes sois, tenéis mala leche, y pasáis de todo, los machacaréis, sois Cobra Kai. -¡Cobra Kai!- gritó Miguel. -¡Si!- gritamos nosotros al unísono. -¡Entraremos, iremos a por todas y se enterarán de quienes somos!- continuó. -¡Si!- dijimos y Miguel sacó el gi de su mochila. -No, hoy os pondréis otro- negó con una pequeña y siniestra sonrisa- venga vamos, hay que presentarse y cambiarse. -Seguro que son negros y con una cobra gigante- le susurré a Halcón refiriéndome a los gis. -¿Cómo lo sabes?- me preguntó en el mismo tono. -Los vi en unas cajas ayer- admití y este rio- son cool. -Genial- celebró con Aisha que también lo había oído. -Muy bien- dijo el hombre de la recepción una vez Lawrence lo había hecho todo- recordar que no se pueden llevar armas y si llegáis tarde a la anunciación no podréis competir. -Está bien- dijo el Senséi- vamos.
Una vez estuvimos en el pasillo que separaba los vestuarios femeninos de los masculinos el Senséi nos dio los gi tal cual como yo los había descrito y Aisha y yo fuimos a cambiarnos escuchando los gritos de los chicos en el fondo. Cuando salimos ya totalmente vestidas los chicos nos esperaban para ir a la zona dónde nos anunciarían, íbamos justos de tiempo.
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-Desde Reseda, de vuelta al campeonato tenemos a... -Ahora- indicó el Senséi y Miguel marcó el ritmo de nuestro paso. -¡Cobra Kai! ¡Cobra Kai! ¡Cobra Kai!- gritábamos al unísono mientras entrabamos trotando y nos colocábamos- ¡Cobra Kai! ¡Cobra Kai!- todos vitorearon nuestra entrada. -No necesitan presentación- continuó el presentador- son un dojo con un nombre alucinante ¡Un aplauso para Cobra Kai! -Somos la hostia- le susurré a Aisha a mi lado y esta rio ligeramente. -Finalmente desde North Hills, por cuenta propia ¡Robby Keene!- el chico con el que se había peleado Miguel en la fiesta apareció sin más- Muy bien ¿Todos listos? ¡Empieza el karate!
Comenzaron las diferentes categorías, primero fue a pelear Miguel, no sin antes un consejo de el Senséi. Miguel comenzó con la posición de la gruya y nada más comenzar de una patada tumbó al chico ganando un punto directo, los otros dos puntos los ganó tan fácilmente que hasta molestó.
-¡Muy bien Miguel!- le animé cuando fue con nosotros. -Así se hace tío- le felicitó Eli. -Si gracias- dijo este estirando sus brazos y yendo al otro lado. -Ha venido tu noviecita- le dije a Halcón subiendo y bajando las cejas. -Si eh- dijo orgullosamente- soy un triunfador. -Ay Dios- me quejé de broma- que chulito. -Te gusta yo lo se- continuó y reí. -Aisha al tatami- habló el Senséi. -Vamos Ash- la animé- ya es tuyo. -¡Venga!- el Senséi le dio una palmadita en su espalda y ella se colocó frente a su adversario, era un chico de su misma altura. Comenzó el combate y el chico la atacó con múltiples patadas. -No te defiendas más ¡Ataca!- gritó el Senséi y ella lo tumbó de una patada- ¡Muy bien señorita Robinson, muy bien! -¡Así se hace joder!- grité en la primera fila.
