Su propio caos

41 28 0
                                        

Desierta.
A veces más húmeda que el Amazonas
en mayo.

Tierna y perversa
como un mundo sin dioses.

Pecadora
como un campo de batalla.

Desarreglada,
como el entendimiento de lo relativo.

Inconclusa,
siendo versión ilimitada
de rostros que no verán.

Pero sus ojos desprendían más luz
que una noche en Ámsterdam.

Sol de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora