Capítulo 8.
"¿Cómo que el número no existe?"
Laura estaba totalmente confusa. No sabía lo que pasaba. Pensó que quizás Álex se había cambiado de número, pero no podía localizarlo, no sabía nada de él desde hace días, había desaparecido completamente.Ya era tarde, así que decidió volver a casa y así poder descansar un poco de todo. Entre su expulsión, Álex, el niño al que había agredido y la esperada reacción de sus padres, le iba a estallar la cabeza. Tenía miedo a lo que le dijeran en casa, pero ya le daba igual.
Abrió la puerta, y allí estaba su padre, y no con una buena cara que digamos.- ¿Se puede saber qué has hecho? ¿Acaso te has vuelto loca? Tu madre y yo no te criamos para que fueras pegando a la gente. Tú no estás bien de la cabeza, eh. Joder, Laura, eres gilipollas, ¿quién va a pasar ahora la vergüenza? Yo. Y tu madre. Somos los que tenemos que dar la cara, y ahora vaya imagen que vamos a dar, que tenemos una hija peligrosa. Puta loca. Vas de cabeza al psicólogo. No, mejor al psiquiatra.
Dijo su padre desesperado.-Pero papá...Él me insultó, le pegué sin querer, me tenía harta.
Exclamó Laura.- QUE TE CALLES. Le gritó su padre.
No das más que problemas.
Y se marchó de casa.Su madre no estaba, menos mal, así tendría menos bronca, ya había escuchado suficiente.
Laura subió a su cuarto, llorando, se metió en la cama, cogió sus auriculares, puso la música a todo volumen y se olvidó del mundo por unos instantes. Cuando estaba mal era de las únicas cosas que le calmaban.
Después, volvió a llamar a Álex. Pero los intentos fueron en vano. Como si nada. Ni rastro. Laura se preocupó mucho, necesitaba saber algo de él, no podía vivir así, le necesitaba, y ahora más que nunca. Le quería. Sólo había estado con él un día, pero ese día fue el mejor de toda su vida. Sintió algo que nunca había sentido por nadie, amor. No podía desaparecer así como si nada, era el chico que invadía su cabeza, y ahora su corazón.
Laura no se encontraba nada bien, así que quiso salir a tomar un poco el aire.
Bajó, y abrió el buzón, había una carta:
"Para Laura."
Fdo: Álex.
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En un mar de mentiras.
Teen FictionLaura tenía dieciséis años, o como ella decía, dieciséis llantos. Era una chica a la que parecía que le gustaba estar sola, siempre lo estaba, le hacía sentir viva o algo así. En el instituto siempre le criticaban por eso, y por otras tantas cosas c...