En un mar de mentiras.

Llámame amor.

Capítulo 5.

Al día siguiente, Laura se levantó emocionada. Hacía mucho que no se despertaba con tanta felicidad. Sentía algo que nunca había sentido. Y es que, había caído en el amor. Era algo raro ya que ella nunca se había enamorado. Pero eso no le importaba, hoy estaba feliz, y eso nadie lo iba a estropear. Normalmente, no desayunaba, pero como hoy tenía ganas de comerse el mundo, hizo lo mismo con su desayuno. Cuando salió de casa, en la puerta de abajo le estaba esperando el chico del que ella estaba perdidamente enamorada. Laura le iba a preguntar que cómo sabía dónde vivía pero él la interrumpió y le soltó un:

-¿Nos vamos?

Y le cogió la mano.

Laura estaba temblando, y más nerviosa que nunca, pero al mismo tiempo emocionada. Sus ojos le brillaban como diamantes, y en su cara estaba dibujada una gran sonrisa. Pero una de las de verdad. Entraron juntos al instituto. Las demás personas se reían, pero a ellos ni les importaba. Decidieron soportar las críticas juntos, y prometieron no separarse nunca. Cuando llegó la hora del recreo, Laura ya no se quedó sola. Tenía a su chico misterioso. Empezaron a hablar. Ella le preguntó cosas sobre él, pero él no le dijo ni su nombre. También le preguntó por qué huía de ella cada vez que se veían y por qué ahora no. A lo que él contestó:

-No quiero hacerte daño, sólo eso. No quiero que te encariñes demasiado de mí, porque al perderme será más doloroso.

Laura no entendía nada. ¿Por qué iba a perderle? ¿Y por qué iba a ser doloroso? Pero decidió no preguntarle más, no quería intimidarlo.

A la salida, el chico sin nombre decidió acompañar a Laura a casa. Cuando llegaron, él se fue corriendo, sin decirle ni un simple 'adiós'.

La chica quería saber más sobre él, sólo sabía que era muy raro, pero bueno, como ella, o al menos así la llamaban : la rara. Pero no quiso darse más vueltas, así que hizo los deberes y se fue a dormir, olvidándose de todo.