Miénteme más.

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Capítulo 10.

¿Y mi carta? ¡DÓNDE ESTÁ MI CARTA!
-Gritó Laura-

Muy bien Laura, era el único recuerdo que tenías de Álex, y lo has perdido, gilipollas.
Se dijo a si misma.

No merecía la pena buscarla, porque no estaría, así que se marchó a casa, decepcionada.

- Laura, ¿a dónde fuiste corriendo?
-Dijo su madre-
- Nada... a comprar. -Respondió la niña-
- Ah, a ver que compraste. -Contestó su madre- no muy convencida.
- Déjame en paz, no te importa, me voy.
-Exclamó Laura- y subió a toda prisa a su habitación.

Cogió el móvil, y lo volvió a dejar, porque al fin y al cabo, sólo llamaba a Álex y ahora ya no estaba, ahora ya no había nadie con quien hablar.

Era pronto, pero se fue a dormir, así se olvidaría de todo, porque ya tenía demasiadas cosas de las que preocuparse y no quería darle más vueltas.

Su madre subió a la habitación y vio que estaba dormida, así que decidió no despertarla, apagó la luz y se fue.

Ya era por la mañana, Laura se despertó a las 7:00, como siempre.
Hoy es uno de esos días en los que no sé para que me levanto, pensó.
Se vistió y se arregló y salió de casa.

Al llegar al instituto, se le acercaron el grupo de las "populares" y Cristina, la jefa del grupo dijo:

- Laura, lo siento... Puedes quedarte con nosotras si quieres.
- ¿El qué sientes? -Dijo Laura que no entendía nada-
- Lo de tu novio, tu amigo, o lo que fuera. Lo siento mucho. También siento todas las veces que me metí contigo y te insulté... De verdad que lo siento.
- ¿QUÉ? ¿CÓMO LO SABES?
- Lo sabe todo el instituto.
- ¿Qué dices? Joder, cómo os enterásteis.
- Eso no importa ahora, ¿vienes con nosotras o qué?
- ¿En serio? ¿Quieres que vaya con unas chicas que llevan años torturándome e insultándome? No, gracias, prefiero quedarme sola.
- Ya te pedí perdón.
- ¿Y qué? ¿Te crees que eso lo soluciona todo? Déjame en paz.
Y se marchó.

Al pasar por los pasillos, se le acercó más gente:
- Hola... Lo sentimos. Y también sentimos habernos reído de ti el otro día.
- A ver. Que os vayáis. Venga, que corra el aire. -Dijo Laura-
Y siguió su camino.
Entró en clase, y se le quedaron todos mirando, y se levantaron a hablar con ella.
Le dijeron lo mismo que todos, que lo sentían, y que si quería ir con ellos.
Laura estaba harta. Se fue al baño.

¿Qué coño les pasa? Sólo se interesan por mí cuando ha muerto alguien a quien tenía cariño. Sólo les intereso cuando me ha pasado algo malo. Y ahora todos me piden perdón por todo lo que antes me hicieron, y se dan cuenta ahora, justo ahora.
Estoy sumergida en un mar de mentiras, pensó Laura.
Y volvió a clase.

En un mar de mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora