Un día sin Álex.

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Capítulo 6.

Como todas las mañanas, Laura se levantó a las 7:00. Pero hoy con una gran sonrisa. Iba a ver de nuevo a ese chico tan especial. Se vistió deprisa, se puso una falda bastante corta, unas medias negras, una camisa, y unas botas de tacón. Quería impresionarle. Hace años que no se vestía así. Siempre iba demasiado tapada, por el miedo al "qué dirán". Pero hoy le daba igual, sólo le importaba él.

Salió de casa, pero él aún no había llegado. Laura se quedó esperando allí media hora, pero veía que no venía, así que decidió marcharse, que ya llegaba tarde. Pensó que estaría enfermo y no iría.

Al llegar, entró en clase, todos le miraron con una ligera mueca de asco. Ella se sentó atrás, sin decir ni una palabra. No le salían. La mirada de sus compañeros la había intimidado.

Las clases se le hicieron eternas. No paraba de pensar en aquel chico, en por qué no habría ido al instituto.  Era algo normal, pero no le gustaba, estaría sola, como siempre.

Y así fue. Cuando se fue el profesor, sus compañeros le dijeron "qué, preparada para ir a trabajar a la esquina, eh."

Ella pensó: "son idiotas, como si nunca hubieran visto a una chica con falda y medias" pero no dijo nada. Ese era su gran problema. Pensaba tanto y decía tan poco.

A la hora del recreo, fue al baño, sola, claro, le echaba de menos, sólo había pasado un día desde la última vez que lo vio, pero le echaba de menos. Acabó llorando, y compadeciéndose de sí misma, como siempre. Odiándose un poco más cada minuto que pasaba. Sonó el timbre.

Por fin, exclamó.

Entró de nuevo en clase, y sus compañeros le volvieron a insultar. Ella ya estaba cansada. Siempre lo mismo. Y además, hoy lo tenía que superar sola, no estaba aquel chico, era más difícil así.

Pero pasaron las horas, y llegó el momento de irse a casa. Laura salió medio corriendo, tenía unas ganas inmensas de descansar.

Ya en casa, subió a su habitación, y se puso a estudiar, no tenía ganas de comer, ni de nada, quería despejarse. Y a ella le gustaba estudiar, así se distraía un rato y se olvidaba de lo demás.

De repente, sonó el teléfono, Laura bajó las escaleras a toda prisa para cogerlo.

-¿Sí? Preguntó la niña.

- Hola, Laura. Soy Álex, creo que es la primera vez que oyes mi nombre, así que bueno, me llamo así. Soy el chico del instituto, nos conocimos el otro día, ¿recuerdas? estuvimos juntos. Tengo que contarte algo muy importante...

En un mar de mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora