11: corset - parte 1

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Capítulo doble:
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Delfina

-¡Delfi! Apurate que vamos a llegar tarde.-dijo Laia metiendo todo en su mochila, pero yo ni siquiera podía moverme.

Desde que había salido de la clase de Estella me sentía bastante mal.

-No grites.-dije tapando mi cabeza con una almohada.-Se me parte la cabeza, y creo que voy a vomitar.

-¿Tan mal te sentís?.-preguntó y sentí como el colchón a mi lado se hundió.-¿Habrás comido algo que te cayó mal en el desayuno?.

-No desayuné.-dije y Laia me sacó el almohadón de la cabeza para mirarme en desaprobación.

-Hace una semana que no desayunas, Delfi. Es la comida más importante, después por eso estas cansada.-acarició mi cabeza.

-No me mires con lástima, ya demasiado tengo con Estella.-me quejé tapándome de nuevo.-No voy a ir a clases hoy, no me puedo ni levantar.

Escuché como suspiró y se levantó.

-¿Llamo a alguien para que te venga a cuidar? Me da cosa dejarte acá sola.-negué inmediatamente con la cabeza.

-Lo único que necesito ahora, es paz.-ví como hizo una mueca y asintió dejando un beso en mi frente para después finalmente salir de la habitación.

En eso, sentí un revoltijo en la panza, cosa que me hizo salir corriendo al inodoro.

Vomité todo y empecé a marearme, por lo que decidí irme a dormir de nuevo.

(...)

Cuando me desperté, ví como cinco llamadas perdidas de mi mamá.

Suspiré y le mandé un mensaje para ver qué quería, a lo que no solo lo vió al toque, sino que me llamo y por videollamada.

Contuve un grito y después de refregar mi cara atendí.

-¡Delfina!.-escuché que chilló.-Hace dos horas te estoy llamand... ¿por qué tenes esa cara? Estas demacrada.

Qué dulce.

-Estaba durmiendo, mamá.-dije seca.-Falté a clases porque me siento mal.

-¿Te mando un medico? ¿Dónde estan los que estan ahí?.-empezó a preocuparse.

-Tranquila, no hace falta.-intenté calmarla.-Fue solo vómito y dolor de cabeza, aparte empezó recién hoy, no creo que sea tan grav...

-No, no. No podes estar así. Mirá tu cara, el Sábado es la fiesta con los padres contribuyentes del colegio y no te pueden ver así.

Y ahí estaba el por qué de su repentina preocupación.

No porque su hija se sentía mal, sino por una estupida fiesta del Sábado.

Jamás voy a ser su prioridad, solo soy su títere para que parezcan bueno padres.

-¡Hija! ¿Me estas escuchando?.-su chillido me sacó de mis pensamientos.

-¿Q-qué?.-pregunté confundida. Había dejado de escucharla.

-Que hoy a la tarde va a ir la modista a tomarte las medidas para el vestido, que te pongas decente.-giré mis ojos.-La va a acompañar un equipo de producción porque van a filmar el proceso, está contentísima de trabajar con vos.

-Ya te dije que no me siento cómoda con una cámara que me filme, mamá.

-Y yo ya te dije que te acostumbres porque así va a ser tu vida.-sentenció.-Asi que hoy a las cuatro te quiero lista par..-corté la llamada.

HECHIZO - WOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora