6: favores

231 29 12
                                    

maratón 1/2

Valentín

Intenté ser lo más sigiloso posible para evitar que Delfina se diera cuenta de que la estaba siguiendo.

Empecé a putearme internamente cuando nos alejábamos cada vez mas de la escuela. Si bien era pleno medio día, el bosque era demasiado imponente y me estaba dando bastante miedo

Sin darme cuenta y como por arte de magia me dí cuenta que había perdido a Delfina.

Miré desorientado el lugar y nada, no había rastro de ella.

-¿Me estas siguiendo?.-

-¡Ah!.-grité asustado y voltee. Delfina estaba parada frente a mí con los brazos cruzados y mirándome con cara de pocos amigos.

-Contestá nene.-dijo impaciente.

-N-no.-rasqué mi cabeza.-¿Vos me estas siguiendo a mí?.-me crucé de brazos y ví como subió una ceja.

Qué estupido, Valentín.

-Si no queres tener problemas volvé por donde viniste y no te metas en cosas que no te incumben.-sentenció y empezó a caminar pero yo la frené.

-¿Y quién dijo que vos no vas a tener problemas?.-me miró directo a los ojos.-Nada te garantiza que yo no vaya y cuente que saliste de la escuela sin permiso y viniste al bosque, cuando es algo terminantemente prohibido.

Ví como sonrió de costado y me miró haciendo puchero.

-¿Te pensas que me das miedo?.-preguntó tomando uno de mis cachetes y apretándolo.-Mirá no sé que es lo que queres.-habló poniéndose más seria.-Primero me hechas en cara que no sé qué de mi familia, después me seguís al medio del bosque... ¿querés ir a contar que me viste acá?, andá, atrevete, quiero ver que alguien te dé bola.-rió.-Ahora si me permitís, voy a seguir con lo mío.

-Sos realmente asquerosa, Delfina.-dije mirándola mientras se alejaba.-Igual que toda tu familia.

(...)

Delfina

-Estúpido.-dije para mí misma.-Estúpido, incoherente, raro y lindo Valentín.

Y bueno sí, feo no es.

Dios quién lo entiende.

Fuimos juntos al colegio desde siempre, y siempre fue tan raro.

No sé qué carajos le pasa con mi familia.

No sé ni quiero saber, no puedo cargar con otra cosa más.

Ví la hora en mi reloj y apuré el paso hasta que por fin llegué a la barrera que protegía la escuela.

Tenía un hechizo bastante poderoso que le prohibía el ingreso a cualquier persona ajena a la escuela.

Miré el mapa que me había enviado mi papá y cuando llegué al punto indicado pude ver a un hombre del otro lado de la barrera.

Cuando me acerqué, pude distinguir que era Jessica, la hija de uno de los socios de mi papá.

Tenía un par de años mas que yo, pero la mayor parte de mi infancia antes de comenzar la escuela la pasamos juntas. Recuerdo que ella a veces me cuidaba cuando no tenían con quién dejarme.

-Jessi.-grité y esta me hizo un gesto para que baje la voz.

-Delfi.-sonrió.-¿Estas bien? ¿Por qué tardaste tanto?.

-Tuve algunas interrupciones, pero nada de qué preocuparse.-le resté importancia.-¿Tenes lo de mi papá?.

Asintió y me pasó por entre medio de las rejas una bolsita de terciopelo azul oscura.

-Gracias.-dije guardándola en el bolsillo de adentro de mi capa.-¿Vos como estas? ¿Seguís trabajando en..-

-Bien, pero tengo que irme antes de que alguien nos vea.-dijo cerrando su capa y yo asentí. Tenía razón. Si alguien se enteraba que estábamos acá podíamos tener graves problemas.

-Gracias, cuidate.-dije y ella asintió y ambas empezamos a caminar para nuestros lados.

-Delfi.-me llamó y voltee a verla.-Usalos con cuidado, por favor. No mas de uno por día.

La miré y asentí.

(...)

-¿Estan seguros de que esto va a funcionar?.-dije mirando la pantalla de la computadora y ambos asintieron.

-Si hija, estan probados científicamente.-habló mi papá.

-Okey.-suspiré.

-¿No te vió nadie, no?.-preguntó mi mamá y yo negué.

-Digo sí.-dije cuando recordé a Valentín y ví como mi mamá abrió los ojos.

-¿Sos joda, Delfina?.-cerré mis ojos ante su tono.-Una cosa te mandamos a hacer y la haces mal. No servís ni para eso.

-No lo ví venir, él me siguió.-dije intentando ocultar mis ganas de llorar. No iba a dejar que me vean débil.

Ví como ambos se miraron decepcionados hasta que mi papá habló.

-Buscá la manera de asegurarte que no cuente nada. Ofrecele plata, aprobar el semestre, un upgrade a una habitación más grande, lo que sea pero ya.-sentenció en un tono firme.-Y apenas sepas qué es lo que quiere nos avisas. E intentá que nadie mas se entere, ni Laia, ni Simón, ni Isidoro, nadie.

Y sin dejarme decir más nada cortaron la videollamada.

Cerré la tapa de la computadora fuerte y la revolee sobre mi cama.

Agarré mis cosas y fuí a darme una ducha.

Cuando salí me sequé el pelo, cambié y aliste como nueva.

Antes de salir ví la bolsita de terciopelo sobre mi escritorio. La miré dudosa y sin pensarlo mucho comí uno de los caramelos. Me aseguré de esconderla bien y finalmente salí de mi habitación.

Ví que era la hora de la merienda así que me dirigí al comedor y por fin encontré lo que buscaba.

Me acerqué a su mesa y ví que todos me miraron extrañados.

-Necesito hablar con vos.-dije mirando a Valentín y este frunció el ceño.

-Te escucho.-dijo dándole un sorbo a su vaso de jugo y apoyándose en el respaldo de la silla.

-En privado.-repetí.

-¿Desde cuando vos nos hablas?.-preguntó Zoe, metiéndose en todo, como siempre.

-No les hablo, le hablo a Valentín.-dije sonriendo. No iba a darle más importancia que eso, hoy no.-Te espero en cinco minutos afuera, es importante.-dije y sin esperar alguna palabra más salí del edificio.

(...)

-Tomate tu tiempo.-dije cuando por fin lo ví salir, como veinte minutos después.

-Y, interrumpiste mi merienda, la comida primero que todo.-dijo y yo giré mis ojos.-Qué queres.

-¿Qué queres a cambio de no decirle a nadie que me viste hoy en el bosque? Lo que quieras, vos pedilo y yo lo consigo.

Ví como rió y se cruzó de brazos.-¿No que no te importaba que le diga a quién quiera?.-pasó la lengua por su labio y subió sus cejas.

-Cambie de opinión.-subí mis hombros.

-Sos increíble.-dijo girándose y negando con ma cabeza; yo lo miré extrañada.-No quiero nada.

-¿Nada?.-me paré en frente de él.-Cualquier cosa eh, aprobar, dinero, lo que sea, vos pedilo y lo tenes, pero por favor necesito que guardes mi secreto.-dije casi rogándole.

Ví que se quedó pensando unos segundos hasta que volvió a hablar.

-De hecho si, necesito dos cosas.

























Era obvio q pase lo q pase iba a subir el maratón igual, no? Jsjsjsj

HECHIZO - WOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora