HECHIZO - WOS

15: primer paso

Delfina

-No sé ni siquiera por qué te dije que sí.-refunfuñó Zoe mientras nos subíamos al auto de mi chofer.

-Porque tu amor por la moda es más grande que tu odio hacia mí.-me subí a su lado en la parte trasera del auto y cerré la puerta después de indicarle a Roberto a donde tenía que llevarnos.

Durante estos días estuve recapacitando todo lo que Valentín me hecho en cara y tenía razón.

Era hora de que empiece a cambiar mi vida de a poco y la transforme en lo que yo quería.

Y no en lo que mis padres querían.

Y si sale mal, recordé que tengo una tía viviendo en un pueblo en europa en donde trabajaba en un centro cuidando a viejos hechiceros que ya no ejercían más.

Así que era o cambiar mi destino o terminar viviendo con ella.

Y sabía que para empezar tenía que intentar reparar cosas del pasado.

Y esa cosa del pasado, era poder tener mi charla pendiente con Zoe.

-¿Seguís diseñando?.-la miré.-¿O ahora solo te dedicas al flyfootbal?.

Ví como sonrió, cosa que me dió una buena señal.

Subió sus hombros.-Cuando tengo tiempo libre sí, pero muy pocas cosas. Igualmente el otro día mi mamá me sugirió que chusmee universidades en las que den carreras de moda.-abrí mis ojos. Zoe tenía mucho potencial para eso.-Pero estoy entre eso o educación física.

Cuando éramos chicas Zoe había hecho cursos de costura porque ama la moda.

Me acuerdo que en su casa había dos maniquíes gigantes y con las telas que sobraban de los vestidos que le hacían a su mamá ella hacía sus propios diseños.

Una vez para una de las galas de la escuela me había cocido solo con diez años un vestido lila increíble en tan solo dos horas.

-¿Educación física?.-fruncí el ceño.-¿Desde cuando?.-reí.

Ví como me miró incrédula y giró sus ojos.

-Qué hablas como si me conocieras si te alejaste de mí hace como cinco años.-rió irónica.

Sabía que no iba a ser fácil hablar con Zoe sin que me bardee cada dos segundos así que tenía que armarme de paciencia.

Como por arte de magia, entiéndase la referencia, llegamos a nuestro destino.

Era un shopping en el cual estaban las marcas de vestidos más prestigiosas.

-Vas a gastar una fortuna acá, ¿lo sabés no?.-me miró y yo asentí.-No te los van a terminar hoy aparte, seguro te lo tienen que cocer o amoldar a tu medida, no hay chance de que lo tengas para hoy.

-Por eso te traje a vos.-dije y ví como abrió sus ojos.-Para que me ayudes a tener un vestido para hoy, por favor Zo.-rogué tomando su brazo.-Sos la única persona que puede ayudarme con esto.-literalmente le rogué.-Además... es la única manera en la que se me ocurre para acercarme a vos, quiero arreglar las cosas y contarte todo.