Bʟᴏᴏᴅ [Jᴜɴɪᴏʀ Wʜᴇᴇʟᴇʀ]

Hᴇʀ ʀᴇᴛᴜʀɴ

Su regreso.

García Pov's:

Comenzaba a abrir mis ojos de poco a poco. Veía a mi mamá, a Marc y a los doctores sonriendo, ¿Cuánto me dormí?

—Afortunadamente pudimos sacar todo el humo de tus pulmones, _____ —dió avisado el doctor.

Sonreí y trate de hablar pero no pude, era como si mi garganta estuviera tapada.

—Por desgracia tendrás que dejar de hablar por algunos días hasta que se desinflame el dolor de tu garganta, pero para eso te daré unos jarabes —indicó.

Asentí y mire a mamá.

—¿Podemos irnos ya? —le preguntó.

—Solo haré unos chequeos, mientras que usted va por las medicinas correspondientes.

Mi mamá asintió y fue con Marc por las medicinas.

—Solo te revisaremos la garganta, no tardaremos.

Asentí. Me indicaron abrir la boca e hice caso. No tardaron ni 15 minutos y me empezaron a desconectar de los tubos. Cuando ya no tenía nada, me levanté y fui a cambiarme. Me puse una blusa de color azul de manga larga y un Pans gris. Dijeron que tenía que estar cómoda y les hice caso. Reí ante mis palabras. Después de unos minutos salí ya cambiada.

—Gracias por su ayuda doctor, le agradezco mucho —agradeció mi mamá.

—Es mi trabajo Sra. García, no hay de que —sonrió.

Nos despedimos de el doctor y salimos para ir a los pasillos.

—¿Tienes hambre, cariño? —me preguntó mi madre.

Asentí y mire a Marc.

—Yo también tengo hambre —dijo sonriendo.

Reí como pude y después tosi.

—No hagas esfuerzos ___, te harás daño —ordenó.

Asentí y empezamos a caminar. Llevaba a Marc de la mano, él hizo que parará y me miró. Lo mire confundida.

—Perdón —susurró. Lo mire esperando una explicación.—siento hacerte enojar aveces, prometo ser mejor hermano —sonrió.

Sonreí tiernamente y lo abrace. Indique que fuéramos por algo de comer y asintió.

¿Qué haría sin mi niño?

Wheeler (Jake) Pov's:

Estaba sumido en mis pensamientos hasta que alguien me golpeó en la pierna.

—Despierta.

Volteé asustado y vi a Lexy.

—¿Qué pasó? ¿Ha pasado algo? —pregunte preocupado.

—Sí, un niño psicópata le dijo a una pequeña muñeca de jengibre que me asesinara —contestó sarcástica.

—¿Así que estás aquí para gritarme un poco más? —reclamé.

—No —respondió y se cruzó de brazos.—realmente no quiero pasar el resto de mi vida teniendo miedo de que me mate un juguete. Ya que nadie más me creerá, me quedo contigo, ¿Y que hacemos?

Dudé un poco de mis palabras.—Yo digo que volvamos a tu casa, para ver si todavía está allí.

—Bien. No es que mis padres se dieran cuenta de que me he ido —murmuró y dio vuelta.—dios, necesito una ducha.

Empecé a correr para poder alcanzarla.

(....)

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