Parte 16 Guerra tribal

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Un hombre virtuoso es el que sabe escoger sus propias peleas y en este caso el padre de Erizo decidió que era lo mejor tomar trincheras y alejarse de ese par un tiempo.

Si bien como un padre amoroso y ejemplar disfrutaba del cariño incondicional de su hija quien lo idolatraba como a un héroe y de su esposa quien más que su pareja lo veía como su alma gemela, así que en el momento en el que estalló el conflicto entre madre e hija el deseo no tomar bandos, las amaba a ambas y quería defender y darle la razón a ambas pero sabía que en cualquiera de los casos una de ellas termina lastimada y corría el riesgo de perderla.

Al final no sabia si reir o suspirar, por un lado su hija arrastrando a su mejor amigo, bueno ahora novios pero, ¿solo por molestar a su madre?.

Y tenemos el otro lado quien siendo tan orgullosa como es dudaba que en algún momento se hiciera para atrás en esa postura y creo que hoy despidió a su propia hija.

Jim terminó comiendo lo que quedaba de su cena solo pensando si realmente fue buena idea no intervenir para mejorar la relación de este par.

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La madre de Erizo seguía cargando a Susie ya cerca del baño y lejos de la vista de su hija, dejó en el suelo a su invitada.

— Susie, lo lamento no quise arrastrarte hasta aquí solo me deje llevar — La madre de Erizo se veía arrepentida.

— Y usted se encuentra bien — Susie no podía creer pero le daba algo de tristeza verlas peleando.

— tomare un baño en la tina, a sido un poco estresante — Afirmó la madre derrotada.

— Acaso dijo tina, bueno no recuerdo haber usado una, quizás podría acompañarla al final me tiene aun secuestrada — Susie no quería dejar a la pobre madre afligida.

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Oscar estaba un poco a la expectativa, recordaba esas series donde los animales salvajes atacaban a la gente "no muevas un músculo así la bestia puede no te note y descargue su furia contra tu persona".

Efectivamente Erizo estaba de malas, se quejaba de su madre en algunas ocasiones se le escapaban algunas palabras fuera de tono pero era una agresividad pocas veces vista por Oscar, aunque reflexionando un poco ya había visto antes esa actitud con algunas otras de sus amigas en el pasado.

Los rasgos eran simples, tendía a mostrar su afilada dentadura cuando hablaba puede cuando sea mayor esto resalta aún más, su cabello se eriza con facilidad y se pone toda nerviosa.

Oscar comenzó a pensar en donde había visto esta misma actitud antes y comenzó a recordar.

Hace años en el preescolar tenía una amiga en la escuela que le gustaban los abrazos, era muy afectiva con Oscar se volvieron grandes amigos claro hasta que por algún motivo dejó la escuela, hace mucho no la ve.

Su amigo Ricardo era un buen compañero de juego en el receso, hasta que un día lo dejo de invitar.

Clara otra amiga que quería invitarlo a trabajar en equipo.

— Oye Erizo porque estas tan molesta — Oscar decidió confrontarla un momento.

— Acaso no me has escuchado Oscar mi madre literal me despidió como su hija— Erizo le reclamó a su amigo.

Erizo se dejó caer en su cama — Oscar, ¿recuerdas cuando estábamos en el tiempo congelado? Podrías cepillar mi cabello, eso era relajante—

— Pero tu cabello está corto — Oscar le recordó ese pequeño detalle —

Sin previo aviso su cabello comenzó a crecer — Betsy me enseñó este truco sencillo —

Oscar se sentó a su lado y comenzó a cepillar, cosa calmante para ambos quienes recordaban esos días de diversión a solas en el tiempo congelado.

Entre cepilladas surgió esta revelación — Erizo con cuantos te has peleado por mi culpa — Comentó Oscar.

— De qué hablas — Erizo seguía a gusto echada en la cama, pero decidió sentarse para que Oscar siguiera peinando.

— Tu sabes, Ricardo, Clara y otros — Oscar comentó con curiosidad —

— Si los recuerdo, incluso recuerdo que Clara me mordió un brazo — Erizo le señalo donde la habían atacado en ese preescolar.

— y Ricardo solo un hablador, le gusta salir huyendo cuando lo confrontan — Erizo recordaba esas peleas tan gratas.

— Oscar hace tiempo no te lo dije por lo sensible que eres pero eres más valiente de lo que pensaba — Erizo lo miró sonriente — a ellos les gustaba hablar pestes a tu espalda, se mofaban por quitarte tus cosas y lo presumen como si fuera algo bueno hablar así de tus amigos —

— Si recuerdo haber escuchado algunas cosas, pero no sabia como solucionarlo — Oscar comenzaba a sonreír.

Erizo volteo hasta estar frente a Oscar, — Sabes que era lo más divertido — Erizo se acercaba un poco más al rostro de Oscar.

— No, no se me ocurre nada — Oscar solo retrocedía, hasta estar recargado en la pared.

Erizo le beso la frente y le empezó a susurrar — Eras mi pequeña damisela en apuros, no podía dejar que los malos tratan mal a mi princesa — Sin titubear mas Erizo plantó un beso en su mejilla haciendo que Oscar se sonrojara más que un tomate.

Erizo se retiró con una leve carcajada — Oscar amo cuando te apenas, creo que estoy haciendo un buen trabajo como novia.

A pesar de la pena Oscar decidió no quedarse atrás así que trato de imitar a su amiga aun con la vergüenza que esto le acarreaba, fue torpe y a ojos de Erizo gracioso pero al final Erizo quería ayudarlo, envolvió sus manos alrededor de su cuello y se dejó caer en la cama nuevamente arrastrando un su ya apenado amigo, ella sabia que queria besarlo asi que solo tenia que jalarlo un poco y concretar su unión.

Pero un poco antes de poder seguir escucho como tocaban la puerta.

— Toc - toc, espero no estar interrumpiendo nada — Jim comenzó abrir la puerta, solo escuchando el desastre en la misma habitación.

Jim entró y miró a lo que parecían dos enormes tomates sentados en el borde de la cama.

— Oscar va a casa, antes que se me vengan a la mente más ideas erróneas — Jim le decía al chico tratando de no reírse.

— Papá puedo explicarlo, no es lo que parece — Erizo trataba hablar cuando Oscar ya se había retirado.

— Claro que se lo que estaban haciendo, también tuve su edad — Jim solo reía en ese momento con la cara roja de su hija — Sabes que confió en Oscar y conociéndolo temo que tu eres la que lo está arrastrando hacer cosas que lo apenan —

Una verdad abrumadora cayó sobre Erizo — Tiene razón — Pensó Erizo

— Sabes me gustaría tener esa platica contigo, pero a estas alturas tu has de saber mas que tu viejo padre, pero ahora solo quiero hablar sobre el lío que tienen tu y tu madre— Jim al final tenía que intervenir de alguna manera.

Al final la plática fue un poco difícil y mas por el ambiente que recientemente interrumpió pues Erizo se refugió bajo su almohada ante el poco valor que tenía para confrontar a su padre, no era cosa que le temiera ni nada por el estilo si no confrontar la realidad de esta relación con Oscar.

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora