Yo no soy tu héroe

TRECE

–¡Han hecho una práctica increíble! – nos dijo Alessandra mientras sonreía –estoy segurísima que tienen la beca asegurada.

La beca por la cual debo luchar y dar todo de mí, porque de no hacerlo es más que obvio que iré a Rusia con mis padres.

No me quiero ir, me gusta mucho estar aquí, me siento feliz, me siento casi completa. Bueno sí, tal vez el motivo por el cual no me quiero ir es porque ahora ya he aclarado todo sobre mis sentimientos, mi corazón lo tiene Jaden. Me siento bien al saberlo pero a la vez no me siento bien porque él me oculta bastantes cosas, ya tengo suficiente con lo que Estefan me dijo. Pero que mi propia memoria me este ocultado cosas y recuerdos preciados, ya estoy bastante molesta de los secretos así que pediré respuestas y esta vez las tendré cueste lo que cueste.

–No sabía que habías mejorado al cantar Vanessa– me dijo Alex mientras me sonreía –me gusta mucho tú voz, mucho más que antes.

–¿Antes te gustaba mi voz? – le pregunte divertida

–Sí.

–Pero si decías que parecía un gato muriendo.

Él se rio y yo me reí con él.

–Bueno, está bien, antes no me gustaba mucho como cantabas– me dijo y miro al suelo –pero has mejorado.

–Lo dice el señor "tengo una voz tan perfecta que mueres"– le dije haciendo comillas

–¡Hey yo canto hermoso!

–No es lo que decía tu madre– le dije y le saque la legua –¿Verdad?– le pregunte a Alessandra

–Cierto– me afirmo ella y sonrió

–¡no es cierto!– le dijo Alex y se puso de pie –mi voz es prodigiosa.

–Acéptalo– le dije y me puse de pie –la mía es muchísimo mejor.

–En realidad ambos han mejorado mucho– nos dijo Alessandra –incluso están al mismo nivel de perfección.

Alex me miro y me lanzo un guiño

–Te lo dije, incluso tú has mejorado– me dijo y luego me hizo una señal para que me acercara a él

Negué con la cabeza y alcé las cejas

–No muerdo, solo te quería decir un secretito.

–Oh dios, Alex Rake queriendo decirme un secretito– puse ambas manos en mis mejillas e imite el gesto del emoji sorprendido –no me la creo.

Él se puso a reír y negó con la cabeza

–Te perdiste del secretito– me sacó la lengua

–Ahora, uno de los dos– nos señaló Alessandra mientras sacaba una escoba para barrer un poco el polvo de un rincón del cuarto–va a ayudarme a poner la mesa para la cena.

–¡Soy invitada! – alcé la mano

Alex me miro con las cejas levantadas y negó con la cabeza

–No es justo, yo soy tu hijo– le dijo Alex a su mamá –tengo mayor autoridad en la casa.

–¡Nada de mayor autoridad!– le grito y luego con la escoba le dio empujoncito en la espalda para que vaya hacia la sala –¡ahora te me vas a hacer la mesa! ¡Pero rapidito Alex que pedí comida china para la cena!

Alex desapareció de nuestras vistas

–Dios, ese niño me va a sacar canas verdes.

–El verde sí que no es tu color– le dije y negué con la cabeza