Yo no soy tu héroe

DOS

Aquí estaba de nuevo, sentada bajo el árbol, no tenía intención de ponerme a dibujar, estaba dispuesta a saber si lo de la noche anterior se repetiría, deseaba que ese chico con bandana volviera porque anoche sentí una corazonada muy fuerte, talvez ahora podría saber su nombre.

¿Cuál podría ser? ¿Thomas? ¿Mason? No...esos nombres no le asientan. ¿Jackson? O ¿Talvez Barry?

–Pensé que no volverías después de lo de anoche, usualmente las personas se asustan cuando ven a un chico de bandana y de sudadera negra.

Escuche su voz por detrás y un pequeño escalofrió me recorrió el cuerpo.

Él podría hacerme daño.

–creía que...debía de agradecértelo – dije automáticamente para recordarme la razón por la cual estaba aquí –lo de ayer, gracias por haberme defendido.

–solo hice lo que cualquier caballero haría– siento que debajo de esa bandana puede que este sonriendo un poco–ayude a la damisela en peligro, no fue nada del otro mundo.

Estoy muy segura que en este momento el rojo de la rosa de anoche y el de mis mejillas son el mismo.

–te ves hermosa cuando te sonrojas ¿te lo han dicho?

Dio un paso hacia mí y yo instantáneamente retrocedí. Se percató de mi acción y volvió a donde estaba antes.

– Por cierto, me gusta mucho el macetero blanco en el que tienes la rosa.

¿Cómo es que sabe lo del macetero?

– ¿Me seguiste? – le pregunté y tomé la rosa

– No.

­– ¿Cómo sabes que tengo la rosa en un macetero blanco?

– Fue solo suerte.

–claro...bueno, solo venia para decirte que ayer prácticamente fuiste mi héroe.

–No me confundas Vanessa– me dijo y se acercó mí –solo sentí un poco de simpatía por ti, pero no soy lo que crees ¿Por qué crees que uso una bandana? Y créeme no es porque sea la moda. Quería golpear a ese chico porque es un idiota.

–De todas formas, gracias. Debo irme – le dije y me volteé en dirección a mi casa.

Bueno, eso no estuvo tan mal...darle las gracias a un completo extraño por haberme ayudado. Debo admitir que, si da un poco de miedo lo último que me dijo, no es asunto mío, pero me ha dado curiosidad. Y cuando dijo mi nombre lo sentí un poco familiar.

Dijo mi nombre ¿Cómo sabe mi nombre?

Me di media vuelta después de analizar lo que dijo y corrí nuevamente a donde él estaba.

Espero que siga allí.

Me detuve bajo el árbol y traté de buscarlo.

– ¿Por qué volviste? – me sorprendió al ponerse delante mío y luego se sentó en el pasto

– ¿Cómo sabes mi nombre?

­– Solo lo sé– me respondió y luego me miro por el rabillo del ojo – ¿solo volviste por eso?

En realidad, si, solo había vuelto por eso, me ponía nerviosa saber que un completo desconocido supiera mi nombre.... y que sonara tan familiar escucharlo. Pero ni siquiera me ha dado respuestas exactas a la pregunta que le hice ¿Cómo demonios se supone que dormiré tranquila sí sé que un desconocido sabe mi nombre y donde vivo?

–No me dirás como sabes mi nombre ¿o sí?

–No, la verdad me gustaría ver como buscas una respuesta

Rodé los ojos y me quedé en silencio junto a él.

– Creo que es muy tarde, debería de irme– le dije y me puse de pie

Camine en dirección a mi casa como lo había hecho estas últimas veces.

– ¡Eh Vanessa!

Me di media vuelta y lo encontré con una rosa, era igual de roja que la de anoche.

–Tómala.

Dude si volver a coger la rosa...ni siquiera sabía porque ese chico me estaba dando rosas y me esperaba en ese árbol.

–no, gracias.

–no te lo preguntaba– tomo mi mano e hizo que coja la rosa.

Me guiño un ojo, se dio la vuelta y vi cómo se iba caminando hacia el árbol.