– ¡Duele! – grité nuevamente – ¡Déjenme ir!
–Tu dolor es solo señal de que tu cerebro está olvidando
– ¡Ya paren! – sollocé – ¡Ahhh!
–Dolerá más cuando inserte nuevos recuerdos.
–¡Por favor!– grité –¡Duele mucho! Ya para...
Entonces todo se hizo negro.
Abrí los ojos y vi nuevamente a un señor con una aguja
– ¡Duele! – grité nuevamente – ¡Déjenme ir!
Esta era como milésima vez que sentía el mismo dolor
–Tu dolor es solo señal de que tu cerebro está olvidando
– ¡Detente! – solloce, aunque el señor no se inmutaba –¡Ahhh!
–Dolerá más cuando inserte nuevos recuerdos.
– ¡Por favor! – grite desesperadamente – Ya para...
Entonces todo se hizo negro.
Nuevamente, el señor con la aguja, yo gritando y llorando, el dolor moliendo cada parte de mi ser y destruyendo mi cabeza como si fuera un martillo, luego oscuridad. Se repetía, una y otra vez, el dolor, los recuerdos de traición...mis memorias vagas se hacían claras.
"Te dije que yo no soy tú héroe"
Tenías razón.
Abrí los ojos y lo primero que vi fue el techo del cuarto en donde me encontraba, la luz de los focos me alumbraba la cara y hacia arder mis ojos.
¿Dónde estoy?
Cerré los ojos y luego los abrí lentamente. Abrir y cerrar, abrir y cerrar, mis ojos se lograron acostumbrar a la luz y me quede viendo en donde estaba, entonces una punzada en el brazo me erizo todo el cuerpo.
Siento un fuerte dolor de cabeza, como unas manos estuvieran dentro de mi cerebro, afectando cada memoria que tenia, jugando con mis recuerdos.
– ¡Ahhh! – grité alterada y me caí hacia atrás.
Mire a mi alrededor para ver si había alguien más conmigo, pero no había nadie, solo estaba yo, me había caído de una cama, era una cama color durazno con blanco.
Sé donde estoy...o creo saberlo.
Espero que alguien más, aparte de él, utilice esas mismas sabanas para su cama.
El cuarto tenía las luces apagadas y las ventanas estaban abiertas, era de noche, pero aun así la luz del exterior entraba por las ventanas, podía ver que estaba en un lugar bastante alto, había edificios.
¿Edificios?
Me puse de pie y examiné el cuarto, había un armario de madera justo al frente de la cama, una puerta para el baño en una esquina del cuarto y unas encimeras a los lados. Las ventanas eran grandes y daban a la ciudad, pero a pesar de eso sé que no estoy lejos de casa. Seguí observando el cuarto y me di cuenta de que también había un espejo al lado de la cama, me miré en el espejo, solo tenía puesto una camisa blanca con unos boxers...esto huele a él, me disgusta este olor a canela y incienso.
Me dirigí hacia el armario y lo abrí de par en par, de ahí saqué unos jeans negros que no me quedaban para nada, pero prefería eso a estar desnuda, me puse los jeans y me quité la camisa para buscar otro polo, encontré uno color rojo y me lo puse encima.
– ¿Qué hago aquí? – me pregunté mientras me sentaba en la cama y cubría mi cara con ambas manos
Lo único que sé es que Jaden no es de confiar y siento enojo. Cerré con fuerza los ojos. No puedo sentir más que odio.
ESTÁS LEYENDO
Yo no soy tu héroe
Science FictionUn grupo de jóvenes llamados "Atracciones Principales" tiene un valor inmenso, ellos son vendidos y usados como armas. Vanessa es una de las más poderosas. Cuando intenta salvar a su gente para evitar más muertes es traicionada y forzada a olvidar s...