LA TITIRITERA

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DISCLAIMER:

Naruto pertenece a Kishimoto y Avatar, la leyenda de Aang, pertenece a Konietzko y DiMartino.

ACLARACIONES:

(bla) *bla = notas de autora.

bla, bla= flashback, onomatopeyas o pensamientos.

🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 = cambios de escena/escenario

N/A: Hola chicos, disculpen la demora, pero entre que me recuperaba de la infiltración de mi muñeca y que me acaba de dar el COVID-ÓMNICRON, ya se imaginarán cómo he estado :( Agradezco su infinita paciencia. Espero que les guste este capítulo y disculpen si ven un error de dedo, lo que pasa es que por lo mismo de mi muñeca, hice este capítulo con mucho esfuerzo :). 

Era de noche y Naruto y los demás se encontraban acampando. Sai estaba relatando una historia la cual los demás escuchaban muy atentos.

—De pronto escucharon algo por el pasillo en la oscuridad. ¡Oooooh! Se apoderó de la luz de la antorcha... Y supieron que la espada de Wing-Fu estaba encantada. ¡Wuuuuuaaaaaaaah! —gritaba Sai haciendo sonidos como si fuera un alma en pena, cosa que no asustó a los demás.

—Yo creo que nos asustaría más un hombre con mano de espada, de veras.

—Las pijamadas de su pueblo son aburridas por lo visto —dijo Hinata.

—No, esperen. Conozco una —contestó Sakura —. Y es una historia real de la Aldea de las Flores.

—¿Es una de esas que le sucedió al primo del amigo del tío de alguien? Porque esas ya me las sé, fea.

—No... le ocurrió a mi mamá —al decir eso, todos quedaron intrigados —. Un invierno, cuando ella era una niña, una tormenta de nieve cubrió toda la aldea por semanas. Un mes después, mamá se dio cuenta que no veía a su amiga Nini desde la tormenta. Así que con un grupo de personas, mamá y otros fueron a ver a la familia de Nini, pero cuando llegaron, no había nadie. Solo un fuego a medio encender en la chimenea —todos estaban expectantes al relato —. Mientras los hombres salieron a buscar, mamá se quedó en casa. Cuando estaba sola, escuchó una voz: "Hace mucho frío, y no puedo calentarme" —imitaba con una voz de niña tétrica la pelirrosa —. Mamá se dio vuelta y vio a Nini junto al fuego. Estaba azul, parecía congelada. Mamá corrió a pedir ayuda, pero cuando regresaron a la casa, Nini ya no estaba.

—¿Y-y a dónde se fue?—preguntaba Naruto asustado.

—Nadie lo sabe. La casa de Nini sigue vacía hasta hoy.  Pero a veces las personas dicen que ven humo salir por la chimenea, como si Nini estuviera intentando calentarse.

Todos estaban aterrados, cuando en eso, Hinata sintió algo.

—Chicos, ¿o-oyeron e-eso?

—¡Aaaaah! —gritaron Sakura, Sai y Naruto quienes fueron a abrazarse por el susto que les dio Hinata.

—Esucho gente bajo la montaña que grita.

—Aaaah... tsk. Buen intento —dijo Sai ya recuperando su postura.

—No, de verdad, escucho algo.

—Tal vez estés nerviosa por las historias de terror que contamos —dijo Sakura.

—No, yo... ya se detuvieron.

—Muy bien, ahora sí tengo miedo, Sakura-chan.

¡Hola jóvenes!

—¡Aaaaaaaaah! —gritaron todos al esuchar una voz proviniente a sus espaldas.

—Lamento haberlos asustado. Mi nombre es Kaguya —dijo una mujer de apariencia extraña, piel en extremo blanca al igual que sus ojos y cabello —. No deberían de estar de noche en el bosque y solos. Tengo una posada cerca. ¿Por qué no vienen por un té caliente y camas abrigadas?

Naruto: el último Jinchūriki (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora