Naruto: el último Jinchūriki (Libro 3)

COMETA INDRA, PARTE II: LOS VIEJOS MAESTROS

DISCLAIMER:

Naruto pertenece a Kishimoto y Avatar, la leyenda de Aang, pertenece a Konietzko y DiMartino.

ACLARACIONES:

(bla) *bla = notas de autora.

bla, bla= flashback, onomatopeyas o pensamientos.

🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 = cambios de escena/escenario

Sasuke y los demás seguían en la taberna viendo cómo ahora Mei se dedicababa a tomar su trago después de haber ganado.

—Creo que ya la recuerdo mejor. Te ayudó a capturarnos —dijo Sai.

—Sí. De vuelta a los viejos tiempos —dijo el príncipe.

—Oh, pero miren quién es. Es el príncipe llorón. Aunque eso no te quita lo guapo. ¿Dónde está tu tío el pervertido?

—No está aquí por ahora.

—Mmm. Veo que arreglaste las cosas con tu novia la rosadita.

—¿Rosadita? —dijo indignada, Sakura.

—De hecho sí, ahora es mi prometida —decía galante mientras la sostenía de la cintura.

—¡Sasuke! —dijo avergonzada, Sakura ante tal acción.

—¡Qué bien! Felicidades. Yo odio las bodas. En fin, qué quieren.

—Ayúdanos a encontrar al Jinchūriki.

—Mmm... no suena muy divertido.

—Tsk. ¿Acaso el fin del mundo te suena más divertido?

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Kurama se encontraba socializando con la bestia de cinco colas cuando en eso Mei salió junto a los demás.

—Kokuō. ¿Quién es mi pequeña peluda? —decía la castaña mientras acariciaba a su mascota —. Bien, ¿quién tiene algo relacionado con su amigo perdido?

—Yo tengo el planeador de Naruto —dijo Sakura quien obtenía el objeto de la silla que portaba Kurama.

Mei le dio el artefacto a su bestia para que lo oliera. Al hacerlo, Kokuō empezó a olfatear. Después de unos minutos, se echó al suelo haciendo sonidos de tristeza.

—¿Y qué significa eso, Mei?

—Significa que su amigo desapareció, principito.

—Ya sabemos que no está, por eso queremos encontrarlo —dijo Hinata.

—No, me refiero a que desapareció de verdad. Él no existe —dijo Mei con tal firmeza haciendo que los demás realmente se empezaran a preocupar.

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Naruto seguía recorriendo el inexplorado lugar.

—¿Dónde estoy, dattebayo? ¿Quizá en el mundo espiritual? Mmm... pero de ser así creo que ya me habría encontrado con Gamakichi. Pero quizá... —y diciendo eso, el rubio lanzó un jutsu de viento —. No, no estoy ahí, mis poderes funcionan. Mejor escalaré lo alto de esa colina para ver dónde estoy, de veras.

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—¿Qué quieres decir con que no existe? —preguntaba Sai.

—¿Te refieres a que Naruto-kun está m-muerto? —preguntó horrorizada, Hinata.

—No, lo encontraríamos si estuviera muerto. Lástima, es un buen acertijo. Adiós —decía Mei.